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Contenido

Introducción

Capítulo 1: Ojos y la Vista

Capítulo 2: El Diseño del Oído

Capítulo 3: Colores y Patrones

Capítulo 4: El Vuelo

Capítulo 5: Navegación y Orientación

Capítulo 6: Catapults

Capítulo 7: Stickiness

Capítulo 8: Magnificent materials

Capítulo 9: Plant power

Capítulo 10: Motors

Capítulo 11: The origin of life

Capítulo 12: ¿What About ‘poorly designed’ things?

Capítulo 13: ¿Why are there ‘bad things’ in nature?

Capítulo 14: Objections to design

Capítulo 15: Cosmic design

Capítulo 16: Who is the Designer?

 By Design: Evidence for nature’ Intelligent Designer—the God of the Bible

Diseñado

por Jonathan Sarfati, Ph.D., F.M.
traducido por Ramon Gomez (creationismo.net)

Introducción

Una breve historia del diseño

El argumento del Diseño tiene una historia larga y remarcable.

Durante milenios los filósofos han usado el diseño de la vida y del universo como evidencia de un Diseñador.

Dado que la vida se originó en un pasado remoto, la ciencia experimental no puede observar directamente su diseño o su supuesta evolución. Pero es lógico suponer que la evolución o la creación han producido ciertos efectos que podemos observar hoy. Este capítulo trata sobre los criterios que usamos en nuestra vida cotidiana para determinar si algo ha sido diseñado, y aplica estos criterios a los seres vivos.

Argumento del diseño al diseñador

Wikipedia.org Plato
Plato

Muchos filósofos han sostenido que el mundo viviente muestra evidencias de diseño, las cuales apuntan a uno o más diseñadores. Esto se conoce como el argumento teleológico.

Platón y Aristóteles1

Platón (428–348 a. C.) afirmaba que hay dos cosas que «hacen que los hombres crean en los dioses», una basada en el alma, y la otra basada en el «orden y movimiento de las estrellas, y de todas las cosas bajo el dominio de la mente que ordenó el universo.2»

Su mayor discípulo, Aristóteles (384–322 a. C.)3 argumentado a partir del orden en las estrellas sostenía que debe haber habido un «Primer Promotor Inmutable que es Dios, un ser excelso, viviente, inteligente, incorpóreo, eterno el cual es la fuente de orden en el cosmos.1»

Cicerón

El orador y político romano Marco Tulio Cicerón (106–43 a. C.) en su libro De Natura Deorum (Sobre la Naturaleza de los dioses), usa enérgicamente los argumentos del diseño contra de la concepción evolucionista de Epicuro (341–270 a. C.). Epicuro enseñaba que todas las cosas se forman por las colisiones aleatorias de las partículas, las cuales podrían formar, incluso algo tan hermoso como el mundo. Cicerón respondió que esto es semejante a creer que si lanzáramos al suelo las letras del alfabeto con la suficiente frecuencia, deberíamos componer los Anales de Ennio. Y señaló que si las colisiones aleatorias de partículas podían crear un mundo, ¿por qué no podían construir objetos mucho menos difíciles, como una columnata, un templo, una casa o una ciudad, los cuales sin duda alguna fueron diseñados?

El Apóstol Pablo

Uno de los escritos más famosos de Pablo sobre el tema del Diseñador se halla en Romanos 1:20

«Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.»

Maestros de la Iglesia

El antiguo apologeta latino Minucio Félix (siglo III d. C.) abogó por el diseño en su obra Octavius. Esta obra está escrita en forma de un diálogo entre un cristiano y un pagano y tiene muchas similitudes con los escritos de Cicerón. Gregorio Nacianceno el Teólogo (329–389) utiliza argumentos de diseño. Pero uno de los más conocidos es Tomás de Aquino (1225–1274), quien postuló «cinco vías», o lo que él consideraba cinco pruebas de la existencia de Dios en su Suma Teológica:

«La quinta vía se basa en el gobierno del mundo: Vemos que algunas cosas que carecen de conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, actúan alcanzando un fin. Y esto se pone de manifiesto porque actúan siempre, o casi siempre, de la misma forma, con el propósito de obtener el mejor resultado. Por lo tanto, es evidente que alcanzan su fin, no por casualidad, sino intencionadamente. Ahora bien, algo que carece de conocimiento no puede avanzar hacia un fin, a menos que sea dirigido por un ser dotado de conocimiento e inteligencia, como la flecha que es dirigida por el arquero. Por lo tanto, existe un ser inteligente causante de que todas las cosas naturales se dirijan a su fin, y a este ser le llamamos Dios.»

Sir Isaac Newton

Isaac Newton (1642–1727), a quien se le considera como el mayor científico de todos los tiempos escribió más acerca de teología que de ciencia. Por ejemplo, escribió:

Este excelso sistema compuesto por el Sol, los planetas, y cometas, sólo puede provenir del consejo y dominio de un Ser inteligente… Este Ser gobierna todas las cosas, no como el alma del mundo, sino como el Señor sobre todo, y en razón de su dominio suele ser llamado «Señor Dios» Παντοκράτωρ [Pantocrátor] o «Regente Universal»… El Dios Supremo es un Ser eterno, infinito, absolutamente perfecto.4»

«Oponerse a la piedad es profesar el ateísmo y practicar la idolatría. El ateísmo es tan insensato y odioso para la humanidad que nunca tuvo muchos profesores.5»

William Paley

Wikipedia.org William Paley
William Paley

El inglés William Paley (1743–1805) fue un renombrado defensor del diseño, escribió su conocido tratado Teología Natural en 1804. Su argumento más conocido trata de alguien que encuentra un reloj mientras camina por un campo estéril.

Observando en su totalidad la intrincada maquinaria y cómo se halla dispuesta de la forma correcta, la única conclusión lógica es que tuvo un autor que «entendió su construcción y diseñó su utilización». Paley también argumentó que el ojo fue diseñado, comparándolo con instrumentos ópticos diseñados, como los telescopios y los microscopios.

Este libro fue lectura obligatoria en las universidades británicas durante varias décadas, y ejerció una gran influencia durante muchas generaciones.6

El filósofo de la ciencia Elliot Sober, contrario a la teoría del diseño, lo resume así:

«Antes de Darwin, algunos de los mejores y más brillantes talentos, tanto en la filosofía como en la ciencia defendieron que la adaptabilidad de los organismos sólo puede explicarse por la hipótesis de que los organismos son el producto de un diseño inteligente. El argumento del diseño, es una línea de razonamiento que vale la pena valorar como un objeto de auténtica belleza intelectual. No fue la fantasía de algunos chiflados, sino el fruto de genios creativos.7»

Críticos

David Hume

Muchos sostienen que el argumento de Paley fue refutado por el filósofo escocés David Hume (1711–1776) en su libro Diálogos Sobre la Religión Natural publicado en 1779. Sin embargo, la obra de Paley fue escrita casi 30 años después de Hume, y según Frederick Ferré, el argumento de Paley no se ve afectado por la mayoría de las objeciones de Hume.8 Además, Filón, el personaje usado por Hume para encarnar su propias opiniones en contra del argumento del diseño de Cleantes, al final está de acuerdo en que el argumento del diseño es contundente.

Charles Darwin y Alfred Russel Wallace

Wikipedia.org William Paley
Charles Darwin, 1854

Incluso algunos ardientes ateos como Richard Dawkins están de acuerdo en que la respuesta de Hume era insuficiente porque no consigue proponer una alternativa para el origen de la complejidad. Pero Darwin (1809–1882)9 y Wallace10,11 adoptaron una idea hallada en los escritos de Paley y desarrollada por Edward Blyth (1810–1873); la selección natural.12 Blyth y otros teóricos del diseño postulaban que la selección natural es una fuerza conservadora, que elimina a los no aptos (conservando así «la calidad de una población de animales») y que juega un papel destacado en el desarrollo de nuevas variedades animales. Por el contrario Darwin y Wallace afirman que la selección natural es una fuerza creativa. Supuestamente, la selección natural, podría actuar en base a pequeñas variaciones y al acumularlas progresivamente, a lo largo de largos periodos de tiempo, podría crear una mayor complejidad. Dawkins dijo la famosa frase:

«Un ateo anterior a Darwin, podría haber dicho, siguiendo a Hume: «No tengo una explicación para el complejo diseño biológico. Todo lo que sé es que Dios no es una buena explicación, de manera que debemos esperar y confiar en que alguien proponga otra mejor». Puedo imaginar que esta postura, aunque lógicamente sensata, debería dejar una sensación de honda insatisfacción, y que aunque el ateísmo pudiera mantenerse de una forma lógica antes de Darwin, éste hizo que sea posible ser un ateo intelectualmente satisfecho.13»

Los críticos de Darwin

El surgimiento, en el siglo XX, del moderno movimiento antievolucionista en pro de la creación ha dado lugar a muchas obras cuestionando el darwinismo. Woodward ha resumido el surgimiento del moderno movimiento del diseño14,15 pero mucho antes de la aparición del moderno movimiento del diseño, uno de los antievolucionistas más notables fue un ornitólogo del Reino Unido exdarwinista y exabogado: Douglas Dewar (1875–1957). Dewar fue un líder del movimiento de protesta contra la evolución, y escribió varios libros sobre el diseño biológico.16

En los EE.UU., el ingeniero Henry Morris (1918–2006) fundó el Institute for Creation Research en 1970. Morris inició el movimiento creacionista moderno con su libro El Diluvio del Génesis (1961) del que fue coautor el teólogo John Whitcomb. Su colega, el bioquímico Duane Gish (1921–), pronunció frecuentes conferencias sobre el diseño de los organismos vivos, así como sobre el registro fósil y sobre las críticas al origen evolutivo de las teorías de la vida. Tuvo gran éxito en los debates con evolucionistas,17 que a menudo tuvieron lugar en los campus universitarios de los EE.UU.

Información

Casi al mismo tiempo, Arthur Wilder-Smith (1915–1995), triple doctorado en ciencias, argumentó contra el darwinismo en base al diseño. Fue pionero en el uso del concepto de información. William Dembski (1960–), doctor en matemáticas y filosofía de la ciencia, ha divulgado el concepto de información y ha desarrollado su base matemática de forma rigurosa, en su libro The Design Inference (La Inferencia del Diseño), publicado por la prestigiosa Cambridge University Press (1998).18 Otro matemático crítico del darwinismo es Spetner Lee, quien enseñó la teoría de la información y la comunicación en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins desde 1951 hasta 1970. Lee sostiene que las mutaciones y la selección son insuficientes para explicar las ingentes cantidades de información en los seres vivos.19

Complejidad Irreducible

Al mismo tiempo el bioquímico Michael Behe, (1952–) estudiaba ejemplos prácticos de diseño. En su caso exponiendo sus descubrimientos sobre los procesos bioquímicos y la maquinaria submicroscópica que Darwin nunca imaginó que existiera.20 Behe es conocido por acuñar el término «Complejidad Irreducible»:

«Por complejidad irreducible me refiero a un solo sistema que se compone de varias partes interdependientes que contribuyen a su función básica, en el cual la eliminación de cualquiera de las partes causa que el sistema deje de funcionar. Un sistema irreduciblemente complejo no puede ser producido gradualmente mediante leves modificaciones sucesivas de un sistema precursor, ya que cualquier precursor de un sistema irreduciblemente complejo es, por definición, no funcional. Dado que la selección natural requiere la existencia previa de una función para poder seleccionarla, un sistema biológico irreduciblemente complejo, si existiera, tendría que surgir como una unidad integrada para que la selección natural tuviera algo sobre lo que actuar. Se admite casi universalmente que tal suceso repentino, sería incompatible con el gradualismo que Darwin imaginó.»

La Complejidad Irreductible describe la característica biológica a la que Darwin se refirió en este desafío:

«Si se pudiera demostrar que existe algún órgano complejo que no pudiera haber sido formado por numerosas y leves modificaciones sucesivas, mi teoría se desmoronaría por completo».

Behe cita como ejemplo una máquina muy simple: una ratonera. Ésta no funcionaría sin la totalidad de sus componentes; la plataforma, el gancho para el cebo, el resorte, el alambre grueso que sirve de martillo y el cebo, todos deben estar en su lugar correcto. Si se elimina tan sólo un componente, la ratonera deja de funcionar completamente, es decir no se puede reducir su complejidad sin destruir por completo su función.

La idea central del libro La Caja Negra de Darwin es que muchas estructuras de los organismos vivos muestran complejidad irreducible, mucho más que una trampa para ratones, mucho más que cualquier máquina hecha por el hombre. El autor muestra que incluso la forma más sencilla de visión en cualquier ser viviente requiere una ingente variedad de elementos químicos dispuestos en los lugares adecuados, así como un sistema para transmitir y procesar la información. El mecanismo de la coagulación de la sangre también está constituido por muchos elementos químicos diferentes que actúan juntos, evitando que nos desangremos hasta la muerte por causa de cortes poco importantes, y al mismo tiempo evitando la coagulación de todo el sistema sanguíneo.

Posteriormente Behe escribió el libro The Edge of Evolution (Los Límites de la Evolución)(2007).21,22 Este libro se propone examinar qué es exactamente lo que los supuestos procesos neodarwinistas pueden conseguir. En este libro, el autor perfecciona el concepto de complejidad irreducible que se hizo tan popular a raíz de su primer libro, añadiendo dos conceptos adicionales; etapas y coherencia:

«En este capítulo, desarrollo dos criterios para juzgar si las mutaciones aleatorias combinadas con la selección natural son una explicación biológicamente razonable para cualquier fenómeno molecular dado. Los criterios, que se desarrollan en detalle en el resto del capítulo, son los siguientes:

  • Primero, Etapas: Una explicación darwinista es tanto más improbable cuantas más etapas evolutivas intermedias haya que atravesar para alcanzar un objetivo biológico sin cosechar un beneficio neto.
  • Segundo, Coherencia. Una característica clara de la planificación es el ordenamiento coherente de etapas hacia la consecución de una meta. En contraste, la mutación aleatoria es incoherente, es decir, no hay razón alguna por la cual un avance evolutivo de una población de organismos tuviera conexión con su predecessor.»23

A continuación, Behe explica:

«El concepto de Complejidad Irreducible, al centrarse principalmente sobre las «partes» de un sistema, pasa por alto el hecho de que una parte pudiera ser una pieza especial que en sí misma demande una explicación que incluya muchas etapas. Lo que es más, pasa por alto las etapas necesarias para ensamblar (unir físicamente) un sistema, una vez que las partes están disponibles. Cuando el muelle ha sido fabricado y las otras partes de la futura ratonera están listas para su uso, el fabricante de ratoneras reúne las distintas piezas que se encuentran en diferentes lugares de su taller, las lleva a su banco de trabajo, y las ensambla en su posición correcta.

El concepto de la sucesión de «etapas» es similar a la idea de la complejidad irreducible en tanto que ambos se preguntan si se requieren múltiples factores para producir algo. Sin embargo, usando el concepto de «etapas» Behe va más allá, pues se pregunta cuántas acciones separadas (no sólo partes separadas) son necesarias para construir un sistema. El concepto de la sucesión de «etapas» es especialmente útil cuando el número de acciones necesarias para ensamblar las partes es pequeño. Así se puede localizar el límite de la evolución con mayor precisión.

El concepto de coherencia se halla implícito en la definición de complejidad irreducible en la idea de partes que están «bien adaptadas» para formar un «sistema». La trampa para cazar ratones, compuesta por piezas que encajan perfectamente unas con otras, es muy coherente. Dado que es irreduciblemente compleja, no puede ser construida directamente por un proceso gradual similar al propuesto en un escenario darwinista.

Pero supongamos que existiera una vía indirecta y tortuosa que pudiera conducir al ensamblaje de la trampa para ratones. No sería razonable esperar que un proceso ciego encontrara esta vía… hay demasiados callejones sin salida, demasiadas ocasiones para que todo se desbarate. Para atrapar ratones bastaría con un agujero profundo en el suelo. Sin embargo, un agujero en el suelo no es una etapa en el camino que nos lleva a una trampa para ratones convencional. Si resultara que, para continuar la construcción de la trampa para ratones convencional, hubiera que tapar el agujero (perdón por exagerar la analogía) entonces los ratones se multiplicarían, por lo menos temporalmente, haciendo que esta vía se detuviera definitivamente. Una mancha de pegamento puede atrapar un ratón, pero no puede transformarse gradualmente en una trampa mecánica para atrapar ratones…

Cuantas más piezas requiera un sistema y cuanto más estrechamente se relacionen, tantas más ocasiones para que el proceso de construcción del sistema se paralice por completo.24»

¿Cómo detectamos el diseño?

Richard Dawkins ha escrito:

«La biología es el estudio de las cosas complicadas que muestran la apariencia de haber sido diseñadas para un propósito.25»

Por supuesto, Dawkins niega que estén realmente diseñadas, y las denomina con un término de su propio cuño; diseñoides. Pero es él quien debe probar que la apariencia de diseño es engañosa, que es una ilusión. El presente libro sostiene que la inferencia de diseño va más allá de las simples apariencias, que la naturaleza muestra un paralelismo real con las cosas que sabemos que han sido diseñadas, un paralelismo que se observa incluso en los niveles más profundos.

Desde el momento en que aceptamos la idea de «apariencia de diseño» estamos reconociendo que el diseño posee ciertas características. Las personas reconocemos la presencia de diseño inteligente constantemente. Por ejemplo, si encontramos unas puntas de flecha en una isla desierta, podemos suponer que fueron hechas por alguien, aunque no podemos ver al diseñador.

Hay una diferencia clara entre los escritos producidos por una persona inteligente, por ejemplo, las obras de Shakespeare, y una secuencia de letras al azar como WDLMNLT DTJBKWIRZREZLMQCOP.26 También hay una diferencia obvia entre las palabras de Shakespeare y una secuencia repetitiva como ABCDABCDABCD. Esto último es un ejemplo de orden, que debe distinguirse de la narrativa de Shakespeare, la cual es un ejemplo de la complejidad especificada.

También podemos reconocer la diferencia que existe entre un mensaje escrito en la arena y las marcas producidas a consecuencia de la acción de las olas y el viento. Las cabezas esculpidas de los presidentes de los EE.UU. en el Monte Rushmore, son claramente diferentes de las huellas causadas por la erosión. De nuevo, esto es Complejidad Especificada. La erosión produce formas irregulares o formas muy ordenadas, como las dunas de arena, pero no produce las cabezas de los presidentes de los EEUU ni tampoco produce textos escritos.

Otro ejemplo es el programa SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) para la búsqueda de inteligencia extraterrestre. La búsqueda de inteligencia extraterrestre no tendría sentido si no existiera ninguna forma de discernir si un determinado tipo de señal procedente del espacio es o no una prueba de un emisor inteligente. El criterio para decidir si procede de un emisor inteligente es, nuevamente, una señal que contenga un alto nivel de complejidad especificada; esta señal sería la prueba de la existencia de un remitente inteligente aun cuando no tuviéramos ninguna otra información sobre la naturaleza de su emisor. Pero una secuencia aleatoria o una secuencia repetitiva no constituirían ninguna prueba. Los procesos naturales producen ruido radiomagnético procedente del espacio exterior, mientras que los púlsares (estrellas colapsadas ultradensas que giran muy rápidamente y emiten señales de radio regulares, por eso se llaman, «estrellas variables pulsantes») producen señales regulares. De hecho, inicialmente, quienes estaban deseosos de creer en extraterrestres confundieron los púlsares con señales, pero esto se debe a que confundieron el orden con la complejidad. Así que los evolucionistas (quienes son, casi en su totalidad, defensores de la búsqueda de vida extraterrestre) sí están dispuestos a utilizar la evidencia de una alta Complejidad Especificada como prueba de inteligencia cuando les conviene por motivaciones ideológicas. Esto demuestra una vez más cómo las presuposiciones influyen en nuestra forma de interpretar los datos. Para más información sobre falacias relacionadas con los Ovnis y SETI véase el libro «God and the Extraterrestrials.27

El filtro explicatorio para detectar el diseño

En su libro The Design Inference (La Inferencia del Diseño), William Dembski propone una forma de llegar a la conclusión del diseño por medio de un proceso de eliminación, usando un «filtro». Dembski propone tres posibles explicaciones para toda característica observada en la naturaleza: ley, casualidad y diseño. El método propuesto nos lleva a buscar una explicación en base a estas tres posibilidades y en este orden:

  1. Las Leyes Naturales explican la regularidad. Esto se aplica incluso si, como indica la Biblia, la ley natural es sólo nuestra descripción de la forma regular en la que Dios mantiene el universo.

    Dembski dice:

    «Para que el filtro elimine la regularidad, hay que establecer que existe una multiplicidad de posibilidades compatible con la circunstancia antecedente dada (recordemos que la regularidad sólo admite una posible consecuencia para una circunstancia antecedente concreta), es decir que eliminar la regularidad es establecer una multiplicidad de posibles consecuencias.»
  2. El azar explica la verdadera aleatoriedad. Para que una ley pueda explicar un resultado tiene que haber sólo un número limitado de posibles resultados todos ellos previsibles a partir de las circunstancias. Estos son eventos de alta probabilidad. Si hay muchos posibles resultados diferentes, entonces la ley no puede explicarlo.

  3. Después de haber excluido la ley y el azar ya se puede suponer que la causa es el diseño. Los eventos diseñados poseen patrones marcados por dos características; son especificados y de probabilidades muy pequeñas, como Dembski señala: «los sucesos especificados de pequeña probabilidad no ocurren por casualidad.»

Naturalmente, los críticos han reaccionado en contra de los criterios de Dembski para detectar el diseño de los organismos vivos. Pero si los críticos tienen razón, entonces es imposible detectar el diseño del tipo que sea; tanto el diseño divino, como el extraterrestre, o incluso el diseño humano.

Dembski ilustra su filtro con un ejemplo práctico de diferenciación entre el azar y el diseño. El ejemplo trata de una acusación por fraude consistente en la aparición de ciertas secuencias que deberían ser aleatorias y que no lo eran, es decir eran el resultado del diseño.

«TRENTON, 22 de Julio28—El Tribunal Supremo de Nueva Jersey puso en evidencia el fraude del «hombre del brazo de oro», Nicolás Caputo, el Secretario del Condado de Essex simpatizante del Partido Demócrata quien durante varias décadas ha diseñado las papeletas de voto en las cuales los candidatos del Partido Demócrata aparecieron en la primera posición de la lista de candidatos en 40 de los 41 comicios celebrados… el tribunal constató que las posibilidades de escoger el mismo nombre 40 veces en 41 intentos son menores que 1 entre 50.000 millones.29»

Cuando los creacionistas resaltan la infinitamente pequeña probabilidad del origen espontáneo de la vida, muchos evolucionistas replican: «¿Y qué? Todas las secuencias son igualmente improbables. Por ejemplo, era extremadamente improbable que yo reciba una combinación determinada de naipes, pero aun así siempre recibo una. Sin embargo, el eje central del filtro de Dembski no es sólo la baja probabilidad, después de todo, toda secuencia aleatoria particular de 41 resultados también es altamente improbable. La prueba sería, tratar de repetir la misma serie por segunda vez. Hay dos condiciones imprescindibles, que son; una probabilidad baja y que el suceso haya sido especificado, que no se trate de un evento cualquiera. (Véase también el capítulo 14 «Engañando con el azar»).

En una votación, el candidato cuyo nombre aparece en la primera posición en la papeleta electoral posee una gran ventaja, porque un votante descuidado es más propenso a votar por esa persona.

Así pues, el alto porcentaje de candidatos del Partido Demócrata situados en la primera posición de la papeleta electoral hizo que estos candidatos disfrutaran de una gran ventaja, y el secretario encargado de confeccionar las papeletas era un simpatizante del Partido Demócrata. Por lo tanto, una proporción de 40/41 apariciones en la primera línea es un resultado de significado reconocible, y ya que Caputo era simpatizante del Partido Demócrata esto constituye un patrón especificado de antemano. Dado que la probabilidad de que surgiera esta secuencia al azar era minúscula, no es ninguna maravilla que el Tribunal Supremo de Nueva Jersey razonablemente concluyera así:

«Ante estas probabilidades, pocas personas razonables aceptarían la explicación del azar» (citado en la página 19).

Aun así, Dembski, explica que, si bien el fraude es:

«sin duda la mejor explicación del brazo de oro de Caputo… el Tribunal se abstuvo de condenarle,… [porque] el Tribunal no tenía un mandato claro para actuar frente a una selección altamente improbable de líneas en las papeletas de voto.»

Aplicación a los seres vivos

Las tres categorías propuestas por Dembski muestran que existe un reconocimiento previo de estas categorías básicas. Leslie Orgel (1927–) evolucionista e investigador del origen de la vida lo confirma así:

«Los seres vivos se distinguen por su Complejidad Especificada. Los cristales, como el granito, no pueden considerarse como vida porque carecen de complejidad, las mezclas de polímeros al azar no reúnen los requisitos, porque carecen de especificidad.30»

Desafortunadamente, un materialista como Orgel se niega a ver una conexión entre la complejidad especificada y el diseño, a pesar de que la complejidad especificada es el criterio preciso del diseño.

Información

El criterio del diseño se puede describir en términos de información. El término complejidad especificada implica alto contenido de información. En términos más formales, el contenido de la información de cualquier patrón es el tamaño, en bits, del algoritmo (programa) más corto requerido para generar ese patrón. Un programa corto puede fácilmente producir una secuencia aleatoria:

(1) Imprimir una letra cualquiera al azar.
(2) Volver al paso 1.

Este programa puede producir una secuencia repetitiva:

(1) Imprimir ABCD.
(2) Volver al paso 1.

Ahora bien, para producir las obras teatrales de Shakespeare el programa tendría que ser lo suficientemente grande como para escribir cada letra en su sitio correspondiente.31

La cantidad de información que poseen los seres vivos es mucho más grande que las obras de Shakespeare. Richard Dawkins dice:

«Hay suficiente capacidad de información en una sola célula humana como para guardar los 30 volúmenes de la Enciclopedia Británica tres o cuatro veces.32

Por tanto no es lógico creer que una enciclopedia pudiera haberse originado sin inteligencia, del mismo modo no es lógico creer que la vida pudiera haberse originado sin inteligencia.

Todavía más sorprendente es que los seres vivos tienen el sistema de almacenamiento y recuperación de información más compacto que se conoce. Y es lógico que sea así si una célula de tamaño microscópico va a almacenar una información equivalente a varias veces el contenido de la Enciclopedia Británica. Para ilustrar esto, podemos decir que la cantidad de información que podría ser almacenada en un volumen de ADN equivalente a la cabeza de un alfiler es abrumadora: Es el contenido de la información de un montón de libros encuadernados en rústica de una altura igual a 500 veces la distancia de la Tierra a la Luna; cada uno de ellos con un contenido distinto y específico.33

¿Pueden las mutaciones generar información?

Incluso si concediéramos a los evolucionistas la aparición fortuita de la primera célula, aun así persiste el problema del aumento del contenido de la información total. Transformar una primera célula en un ser humano significa encontrar la manera de generar enormes cantidades de información, del orden de miles de millones de «letras» (pares de bases). Esta información debería incluir las instrucciones necesarias para construir ojos, nervios, piel, huesos, músculos, sangre, etc. La evolución confía en que los errores de copia y la selección natural generen la nueva información necesaria. Sin embargo, los ejemplos que comúnmente se presentan como «evolución contemporánea» son siempre casos de pérdida de información.

Spetner lo corrobora así:

«En este capítulo, voy a mostrar varios ejemplos de evolución, (es decir, casos de supuestos ejemplos de evolución) en particular mutaciones, y voy a mostrar que la información no se incrementa… pero en todo lo que yo he leído en la literatura de las ciencias de la vida, yo jamás he encontrado una mutación que añada información.34»

«Todas las mutaciones puntuales que se han estudiado a nivel molecular reducen la información genética y no la aumentan.

Se supone que la TND [Teoría Neo Darwinista] debe explicar cómo, por medio de la evolución, se ha originado la información que da soporte a la vida. La diferencia biológica fundamental entre un ser humano y una bacteria radica en la información que contienen. Todas las otras diferencias biológicas se derivan de ésta. El genoma humano tiene mucha más información que el genoma bacteriano. La información no puede incrementarse a base de mutaciones que pierden información. Una empresa no puede ganar dinero perdiéndolo poco a poco.35»

¿Mutaciones beneficiosas o estrategia de tierra quemada?

Esto no significa que ninguna mutación sea «beneficiosa», es decir, que contribuya a la supervivencia de un organismo. En determinadas condiciones se puede producir una resistencia a los antibióticos y a los pesticidas por causa de una transferencia de información (por medio de un bucle de ADN denominado «plásmido»), pero esta información no es nueva desde el punto de vista evolutivo sino que ya existe previamente en otro organismo. En los casos en los que esa resistencia es causada por una mutación, jamás aparece nueva información. Otras mutaciones beneficiosas son, por ejemplo, los escarabajos sin alas descubiertos en pequeñas islas desiertas azotadas por el viento. Los escarabajos, al perder sus alas, y por tanto su capacidad para volar, evitan ser arrastrados por el viento y arrojados al mar.36 Obviamente, esto no tiene nada que ver con el origen del vuelo, que es lo que se supone que la evolución trata de explicar (véase el capítulo 4, "El Vuelo"). Otra mutación beneficiosa se observa en ciertos animales que habitan cuevas oscuras cuyos ojos aparecen deteriorados; en la más absoluta oscuridad, la selección natural no actúa en contra de criaturas ciegas y éstas a su vez disponen de ojos que son menos vulnerables a las infecciones y a las heridas.

La resistencia contra la malaria

El segundo libro de Michael Behe21 aborda la cuestión de las mutaciones beneficiosas y de los límites de los procesos darwinistas. Dado que su proyecto doctoral de investigación tenía relación con la malaria, Behe aplica su experiencia al parásito de la malaria (Plasmodium Falciparum), las mutaciones que han permitido a los seres humanos luchar contra esta enfermedad, y los cambios que han tenido lugar en el parásito para contrarrestar los efectos de los medicamentos diseñados por el hombre.

Uno de los más eficaces medicamentos en la lucha contra la malaria ha sido la cloroquina, porque el parásito tardó mucho tiempo en desarrollar resistencia contra ella. Behe muestra que la resistencia a la cloroquina está probablemente relacionada con dos mutaciones específicas que aparecen juntas en un mismo gen. Esto explica por qué tardó tanto tiempo en aparecer la resistencia a la cloroquina, mientras que la resistencia a otros fármacos antimalaria, que sólo requiere una mutación, aparece en apenas unas semanas. Behe calcula la probabilidad de que esta doble mutación ocurriera en el mismo gen, utilizando las cifras que otros científicos han obtenido sobre este parásito (estadísticas de población, etc.)

Si fue necesario tanto tiempo para que apareciera una doble mutación en un organismo que tiene una enorme población y un ciclo de vida tan corto (es decir disponiendo de muchísimas ocasiones para se produjeran todo tipo de mutaciones), entonces ¿cuánto tiempo tardaría en ocurrir una doble mutación en un organismo como el ser humano, con un periodo intergeneracional tan largo y una población relativamente reducida?

Behe demuestra que nunca ocurriría, incluso si contáramos con los periodos de tiempo que la teoría de la evolución asume. Y esto es sólo una doble mutación en un gen. Así pues, es imposible que se dé en el hombre una adaptación que requiera dos o más mutaciones específicas para ser eficiente, y sin embargo, si los seres humanos surgieron a través de los procesos evolutivos, esto tendría que haber ocurrido en numerosas ocasiones.

Behe también explica que los parásitos resistentes a la cloroquina son más débiles que aquellos que no poseen esta resistencia. Esto indica que la doble mutación va en detrimento de la información, lo cual es usual. Parece que la causa que provoca que el parásito se vuelva resistente a la cloroquina es la reducción de concentración en la vacuola del parásito, que afecta a un mecanismo de absorción. Según un estudio:

«Las cepas de parásitos resistentes a la cloroquina consistentemente muestran un mecanismo de importación que presenta una reducción en términos de actividad de transporte y de afinidad a la cloroquina.37»

Este es el mismo principio que explica la aparición de la resistencia a los antibióticos en ciertas bacterias, en las que la resistencia se consigue gracias a una mutación que daña una bomba de inyección celular causando que la inyección del germen sea menos eficaz que en circunstancias normales.38

Esto nos lleva a otro de los puntos importantes de Behe: no estamos ante una carrera armamentística sino más bien ante una guerra de trincheras o una estrategia de tierra quemada. Muchos de los cambios consisten en destruir maquinaria para evitar que el enemigo la use. Por ejemplo, los defensores destruyen sus propios puentes para evitar que el enemigo los cruce, sabotean sus propias fábricas si el enemigo las está usando para producir armamentos, queman su propia mies para que el enemigo se quede sin alimento…

Anemia de Células Falciformes

Esto también explica algunas de las defensas humanas frente a la malaria, como la anemia de células falciformes. En este caso, una mutación hace que las moléculas de hemoglobina sean más propensas a agruparse. Félix Konotey-Ahulu, una de las principales autoridades mundiales en el tema de las células falciformes, lo explica así:

«Estas células deformadas pueden causar obstrucciones en los vasos sanguíneos más pequeños, privando de oxígeno a tejidos y órganos. Sin embargo, los pacientes han conseguido salir adelante con la ayuda del tratamiento adecuado, llegando a ser médicos, abogados, etc.39»

Pero aquellos que cuentan con un único gen para la anemia de células falciformes sólo tienen la mitad de sus moléculas de hemoglobina defectuosas, por lo que no se aglutinan entre sí, y en consecuencia no sufren efectos perjudiciales. Aunque este defecto, en realidad, supone una ventaja.

El parásito de la malaria se alimenta de la hemoglobina, que está muy concentrada en nuestros glóbulos rojos. Behe señala que la mutación de la hemoglobina falciforme favorece la acumulación de moléculas de hemoglobina cuando el parásito entra a la célula. Esta aglutinación distorsiona su forma, por lo que el bazo detecta las células dañadas y la destruye, y junto con ellas destruye también al parásito. Así que los portadores de un solo gen no sufrirán ningún efecto negativo de la anemia, y al mismo tiempo estarán protegidos contra la malaria.

Sin embargo, Konotey-Ahulu advierte: «Demostrar la selección natural no equivale a demostrar que la «evolución constructiva» es un hecho, aunque a muchos alumnos se les enseña esto como una «prueba» de la evolución.» Y continúa afirmando que «el gen de las células falciformes sigue siendo defectuoso, no representa ningún aumento de la complejidad o ninguna mejora en la función que esté siendo seleccionada. Y señala la desafortunada consecuencia que «cuanto más portadores de genes de células falciformes haya más personas sufrirán de esta terrible enfermedad.39»

La hemoglobina de las células falciformes es un ejemplo de estrategia de tierra quemada: se sacrifica a un portador de oxígeno útil para conseguir la destrucción del invasor.

Es más fácil destruir que construir

Behe ofrece una serie de ejemplos que muestran cómo la destrucción de algo ayuda al organismo en su lucha contra otro organismo. Sin embargo, esto no es una maravilla del darwinismo. Es mucho más fácil destruir algo que construirlo, y hay muchas formas de destruir algo, mientras que hay muy pocas formas de construirlo. Algo tan simple como la arena puede degradar los engranajes hasta detener la maquinaria, y una porción de chicle puede bloquear el movimiento de una pieza. La miel introducida en un depósito de combustible puede causar que un automóvil se detenga. Algunos mecanismos defensivos operan así: una molécula pegajosa impide que una máquina molecular funcione normalmente.

Ámbito de este libro

La mayoría de los capítulos tratan de ejemplos prácticos de diseño, y señalan las dificultades prácticas con las que se enfrentan las explicaciones evolutivas propuestas, si es que se ha propuesto alguna, para estos sistemas.

El capítulo 12 se refiere al origen de la vida, y nuevamente trata principalmente de los problemas químicos prácticos. Los argumentos teóricos matemáticos de Dembski, et al. están fuera del ámbito de este libro.

Referencias y notas

  1. Tomado de Craig Craig, William Lane, Apologetics: An Introduction, 3.123, Moody Press, Chicago, 1984. Regresar al texto
  2. Platón, Laws 12.966e. Regresar al texto
  3. Aristotle, Metaphysics Λ.1.982610–15. Regresar al texto
  4. Principia III; cited in; Newton’s Philosophy of Nature: Selections from his writings, p. 42, ed. H.S. Thayer, Hafner Library of Classics, NY, 1953. Regresar al texto
  5. A Short Scheme of the True Religion, manuscript quoted in Memoirs of the Life, Writings and Discoveries of Sir Isaac Newton by Sir David Brewster, Edinburgh, 1850; citado en; Newton’s Philosophy of Nature, p. 65, Ref. 2. Regresar al texto
  6. Proctor, R.M., Value-Free Science? Purity and Power in Modern Science, Harvard University Press, Cambridge, MA, p. 47, 1991. Regresar al texto
  7. Sober, E., Philosophy of Biology, Westview, Boulder, CO, p. 29, 1993. Quoted in: Dembski, W., Intelligent Design, IVP, Downers Grove, IL, p. 71, 1999. Regresar al texto
  8. Ferré, F., Introduction to Natural Theology: Selections, by William Paley, pp. xi–xxii, Bobs–Merrill, Indianapolis, 1963. Regresar al texto
  9. Darwin, C.R., Origin of Species by Means of Natural Selection, or The Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, John Murray, London, 1859. Regresar al texto
  10. Wallace, A.R., On the Tendency of Varieties to Depart Indefinitely From the Original Type, Ternate (eastern Indonesia), 1858; . Regresar al texto
  11. Grigg, R., Alfred Russel Wallace—‘ co-inventor’ del darwinismo, Creación 27(4):33–35, 2005. Regresar al texto
  12. Grigg, R., Darwin’s illegitimate brainchild: If you thought Darwin’s Origin was original, think again! Creación 26(2):39–41, 2004. Regresar al texto
  13. Dawkins, R., El Relojero Ciego: Por qué la evidencia de la evolución revela un mundo sin diseño, p. 6, W W Norton & Company, New York, 1986. Regresar al texto
  14. Véase Woodward, T., Doubts About Darwin: A History of Intelligent Design, Baker Books, Grand Rapids, MI, 2003; and y un resumen: Blievernicht, E., The rhetoric of design, J. Creation 18(3):46–47, 2004. Regresar al texto
  15. Una continuación en la que se responde a las críticas; Woodward, T., Darwin Strikes Back: Defending the Science of Intelligent Design, Baker Books, Grand Rapids, MI, 2006; véase resumen: Weinberger, L., Intelligent debate, J. Creation 21(2):48–51, 2007. Regresar al texto
  16. Dewar, D., The Transformist Illusion, Sophia Perennis et Universalis, Ghent, NY, 1957. Regresar al texto
  17. Una de las más famosos fue un debate televisado evolución/creación con el bioquímico Russell Doolitle celebrado ante unas 5.000 personas en la Liberty University el 13 Octubre de 1981.El evolucionista Roger Lewin escribiendo en la revista pro evolucionista Science describe el debate como una «derrota» en favor de Gish (Science, 214:638, 1981). Al día siguiente, el periódico pro-evolucionista The Washington Post informaba del debate con este titular «La Ciencia pierde un punto ante el Creacionismo» El sub-título citaba un comentario angustiado de Doolittle: «¿Cómo le voy a contar esto a mi esposa?« mostrando que el mismo Doolittle sabía que había sido derrotado. Regresar al texto
  18. Véase Truman, R., Divining design: A review of The Design Inference: Eliminating chance through small probabilities, J. Creation 13(2):34–39, 1999. Regresar al texto
  19. Spetner, L.M., Not by chance! Shattering the modern theory of evolution, The Judaica Press, Brooklyn, NY, 1996/7; ver resumen de by Wieland, C., Creación 20(1):50–51, 1997; . Regresar al texto
  20. Behe, M. J., Darwin’s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution, The Free Press, New York, 1996; véase entrevista de Wieland, C., The mousetrap man, Creación 20(3):17, 1998; . Regresar al texto
  21. Behe, M., The Edge of Evolution: The search for the limits of Darwinism, Free Press, NY, 2007. Regresar al texto
  22. Esto le valió severas críticas de los guardiones de la evolución, por ejemplo Richard Dawkins, Inferior Design, New York Times, 1 July 2007. Para ver una refutación; Sarfati, J., Misotheist’s misology: Dawkins attacks Behe but digs himself into logical potholes, , 13 July 2007. Regresar al texto
  23. Behe, Ref. 21, p. 104. Regresar al texto
  24. Behe, Ref. 21, p. 121–122. Regresar al texto
  25. Dawkins, Ref. 13. Regresar al texto
  26. Ejemplo de una secuencia aleatoria de Dawkins, Ref. 13, p. 47. Regresar al texto
  27. Gitt, W., Dios y los extraterrestres, Creación 19(4):46–48, 1997. Regresar al texto
  28. New York Times, 23 de julio de 1985, p. B1. Regresar al texto
  29. Para más detalles sobre este incidente, ver Dembski en artículo en Internet en: . Regresar al texto
  30. Orgel, L., The Origins of Life, John Wiley, NY, 1973, p. 189. Regresar al texto
  31. La información se puede definir matemáticamente de forma que la distingua de la aleatoriedad, el orden y la Complejidad Especificada. En cuanto a la transmisión de la señal, el receptor puede existir en un gran número de estados posibles (Ω0), después de que un mensaje ha sido recibido, el número de estados posibles se reduce a Ω1.El contenido informativo de la I1 mensaje = ln k (Ω01), donde k = constante de Boltzmann. De MW Zemansky, Calor y Termodinámica, McGraw-Hill, 4th ed. 1975, p. 190.
    Nótese que la definición es coherente: con una secuencia repetitiva, existe una restricción de las posibilidades, por lo que Ω0 es baja, por lo que la información es escasa. Las secuencias aleatorias también contienen poca información, porque hay muchas posibles secuencias al azar (para Ω1 es casi tan grande como Ω0). Regresar al texto
  32. Dawkins, Ref. , p. 115. Regresar al texto
  33. Gitt, W., ’Deslumbrante diseño en miniatura’, Creación 20(1):6, 1997. Regresar al texto
  34. Puede ser que haya habido un único ejemplo hasta la fecha de obtención de información mediante mutación (en un contexto en el que la teoría requiere cientos de mutaciones para ser creíble), pero incluso este caso debe entenderse con cautela. Véase creation.com/nylon. Regresar al texto
  35. Spetner, Ref. 19, pp. 131–2, 138, 143. Regresar al texto
  36. Wieland, C., Beetle Bloopers: Even a defect can be an advantage sometimes, Creación 19(3):30, 1997; . Regresar al texto
  37. Sánchez, C.P., Wünsch, S. and Lanzer, M., Identification of a Chloroquine Importer in Plasmodium falciparum: Differences in import kinetics are genetically linked with the chloroquine-resistant phenotype, J. Biol. Chem. 272(5):2652–2658, 1997. Regresar al texto
  38. Vé Sarfati, J., Anthrax and antibiotics: Is evolution relevant? 2001–2005, . Regresar al texto
  39. Exposing Evolution’s Icon: World leader on sickle-cell anemia: ‘Nothing to do with evolution!’ Jonathan Sarfati interviews Felix Konotey-Ahulu, Creación 29(1):16–19, 2006. Regresar al texto