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Liaosaurio: ¿un ‘eslabón perdido’ de los dinosaurios cornudos?

por Jonathan Sarfati, Ph.D.

28 Marzo 2002

Un equipo de paleontólogos estadounidenses y chinos descubrieron dos cráneos pequeños de dinosaurio en China. Esto incitó titulares como el siguiente: ‘se encuentra el eslabón perdido en el descubrimiento de dinosaurio’ ya que fueron nombrados como ‘pequeños ancestros del Tricerátopo’. Los investigadores publicaron sus hallazgos en Nature 416(6878):314—317, 21 de Marzo de 2002.

Los dos cráneos encontrados fueron catalogados como Liaocerátopo yanzigouensis, por la provincia Laioning y la aldea Yanzigou, mientras que ‘—ceratopo’ es la terminación usual para los nombres de dinosaurios cornudos, del griego keras, kerat— cuerno y opsis rostro. Ellos dataron sus hallazgos en 128—139 Ma (millones de años) o posiblemente 145 Ma. El portavoz fue Peter Makovicky, conservador asistente de dinosaurios en el Field Museum de Chicago. Otros miembros del equipo incluían a Mark Norell, un ardiente defensor de la teoría dinosaurio-a-ave quien ha descubierto muchos supuestos dinosaurios emplumados como el Protarchaeopteryx y Caudipteryx y el BPM 1 3-13; y Xu Xing, quien ayudó a desenmascarar el engaño del Archaeoraptor.

El holotipo, el espécimen individual seleccionado por el descubridor para ser el ejemplo definitivo de una nueva especie, fue un cráneo de 11.1 centímetros de largo. Se estimó que el animal tenía un metro de largo–como el tamaño de una liebre grande. El otro cráneo sólo tenía la mitad de ese tamaño, y fue considerada como un cráneo juvenil. El cráneo tenía una formación diferente, que podría haber sido un adorno, o hubiera funcionado como un anexo a sus poderosos músculos de la mandíbula. El Liaocerátopo tenía un cuerno pequeño que apuntaba hacia los lados debajo de cada uno de sus ojos, que según los investigadores no hubieran servido par defenderse, así que supuestamente habían evolucionado para ser de adorno.

Muchos evolucionistas creen que el animal bípedo de 2 metros de largo, el Psittacosaurus (‘reptil papagayo’, ‘datado’ en 119—97.5 Ma) era un ancestro de los ceratopsios, o ‘dinosaurios cornudos’ (vea psitacosáuridos). Pero según este artículo, los ceratopsios básicos, de los que se dice que el Liaoceratops es el más primitivo, se bifurcaron en los psitacosáuridos y los neoceratopsios, y mucho antes de lo que se había pensado previamente. Las ramas posteriores incluyen al Tricerátopo del tamaño de un elefante, el ceratopsio más grande, más común y más famoso, y supuestamente uno de los últimos dinosaurios en extinguirse.

¿En realidad es un eslabón perdido?

Como es usual, aunque los medios masivos usan esos términos, el artículo de investigación original, siendo pro-evolución, no es tan explícito. Por ejemplo:

  • Incluso el cráneo de holotipo era sub-adulto, como se muestra por las suturas cerradas incompletamente entre los pedazos de cráneo. Uno se debe preguntar si es en realidad un espécimen joven de un tipo de dinosaurio ya conocido. No sería la primera vez que esto ocurre. Una criatura fue llamada Mussaurus (‘reptil ratón’) porque sólo tenía 18—37 cm de longitud. Pero los ojos grandes indicaban que era un bebé, posiblemente del grande Coloradisaurus de 3—4 mts de longitud, un prosaurópodo como el Plateosaurus (vea Mussaurus).

  • Los cuernos podían haber estado poco desarrollados debido al estado juvenil del espécimen. En muchos vertebrados con cuernos, estos sólo se desarrollan con la madurez sexual. Así que estos pequeños cuernos podrían ser más relevantes al estudio de la ontogenia (desarrollo) de los dinosaurios que al de su filogenia (evolución).

  • El Liaocerátopo tiene rasgos que arruinan la idea de una progresión evolutiva tardada. En lugar de eso, algunas similitudes estructurales entre diferentes ceratopsios se clasifican ahora como homoplasias, eso es, que surgen independientemente y no son el resultado de evolución de un ancestro común. Esto es consistente con la creación independiente de los diferentes ‘tipos’. Las homoplasias también han hecho que los investigadores retracten en el orden previo de la evolución (filogenia) en un caso, mostrando qué tan inciertas son las teorías evolutivas.

  • La taxonomía (clasificación) de los dinosaurios parece abundante en ‘repartición’, eso es, a diferentes especímenes del mismo tipo de criatura se les da nombres diferentes. Por ejemplo, con los saurópodos, los dinosaurios que incluyen a los Braquiosaurios, los Diplodocos y los Apatosaurios, comúnmente se citan 87 géneros, pero sólo 12 están ‘firmemente establecidos’ y otros 12 son considerados ‘medianamente bien establecidos’ (McIntosh, J.S., Sauropoda; in Wieshampel, D.B. et al., The Dinosauria, University of California Press, Berkeley, p. 345, 1992). En los terópodos, los dinosaurios carnívoros que incluyen a los Alosaurios y al T. rex, se nombró un género como Antrodemus, pero basados en una sola vértebra dañada e incompleta, y probablemente sólo era un Alosaurio—vea Antrodemus valens. ¿Así que cuántas de las así llamadas ‘progresiones evolutivas’ en el registro fósil son en realidad variaciones dentro de una clase? De cualquier forma, como se muestra en Dinosaurios: Cuadro Filogenético, lo que dominan son los espacios vaciós, no las progresiones.