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Contenido

Prólogo & Introducción

Capítulo 1 Hechos & Prejuicios

Capítulo 2 Variacion y selección natural frente a la evolucion

Capítulo 3 Faltan los eslabones

Capítulo 4 ¿Evolucionaron las aves?

Capítulo 5 ¿Evolucionaron las ballenas?

Capítulo 6 Humanos: ¿Imágenes de Dios o monos desarrollados?

Capítulo 7 Astronomía

Capítulo 8 La Edad de la Tierra

Capítulo 9 ¿Es legítima la explicación del diseño?

Capítulo 10 Conclusión


Refutando la Evolución

Un manual para estudiantes, padres y profesores que responde a los últimos argumentos en favor de la evolución

por Jonathan Sarfati, Ph.D., F.M.

Capítulo 1: Evolución & creación, ciencia & religión, hechos & prejuicios

Muchos libros evolucionistas, entre ellos Enseñando la Evolución y la Naturaleza de la Ciencia, plantean un enfrentamiento entre opiniones religiosas creacionistas y hechos evolutivos científicos. Es importante darse cuenta de que este contraste falsea la realidad. Los creacionistas frecuentemente apelan a los hechos de la ciencia para apoyar sus puntos de vista, asimismo los evolucionistas frecuentemente apelan a presupuestos filosóficos completamente ajenos a la ciencia. Se suele criticar a los creacionistas porque razonan basados en sus creencias, pero los evolucionistas también razonan basándose en sus prejuicios y creencias, tal y como muchos de ellos reconocen. El debate entre la creación y la evolución es principalmente un enfrentamiento entre dos concepciones del mundo, ambas enraizadas en presuposiciones implícitas y mutuamente incompatibles.

Este capítulo analiza críticamente las definiciones de ciencia, y el papel que las presuposiciones y las creencias preconcebidas juegan en las interpretaciones hechas por los científicos.

Los prejuicios de los líderes evolucionistas

Dr Ian Macreadie
Dr. Ian Macreadie, microbiólogo creacionista australiano que ha obtenido diversos galardones . Ver entrevista en Creation 21(2):16–17, Marzo–Mayo 1999.

Es un error creer que los hechos hablan por sí mismos, los hechos siempre son interpretados según una concepción previa, un marco ideológico. El marco ideológico que dicta la interpretación evolucionista es el naturalismo, el cual presupone que las cosas se hicieron a sí mismas, que nunca hubo intervención divina, y que Dios jamás nos ha dado a conocer nada en relación con el pasado.

La evolución es una deducción basada en este prejuicio, y consiste básicamente en la idea de que las cosas se hicieron a sí mismas. La evolución abarca las siguientes ideas no probadas: La nada dio lugar a algo en una supuesta ‘Gran Explosión’, la materia inerte dio lugar a la vida, los organismos unicelulares dieron lugar a los multicelulares, los invertebrados dieron lugar a los vertebrados, las criaturas simiescas se convirtieron en hombres, la materia no inteligente y amoral se transformó en inteligencia y moralidad, los anhelos del hombre dieron lugar a las religiones, etc.

El profesor D.M.S. Watson, uno de los más renombrados biólogos y escritores científicos de sus días, mostró los muchos prejuicios que se esconden tras la mayor parte del pensamiento evolucionista cuando escribió:

‘La evolución [es] una teoría universalmente aceptada no porque se pueda demostrar que es cierta por medio de evidencias lógicas y coherentes, sino porque su única alternativa, la creación especial, es claramente increíble.’1

Por lo tanto la disputa no es entre creacionistas cargados de prejuicios religiosos y evolucionistas científicos y objetivos; sino, entre los prejuicios de la religión cristiana y los prejuicios de la religión del humanismo secular que lógicamente dan lugar a diferentes interpretaciones de los mismos datos científicos. Tal y como el escritor anticreacionista Boyce Rensberger reconoce:

‘En este punto, es necesario sacar a la luz ciertos mecanismos escondidos para ilustrar la forma de trabajar de los científicos, algo que los libros de texto raramente nos confiesan. La verdad es que los científicos no son, ni mucho menos, tan objetivos ni desapasionados en su trabajo como quieren hacernos creer. La mayoría de los científicos obtienen sus ideas iniciales sobre el funcionamiento del mundo, no a través de procesos rigurosamente lógicos, sino por medio de presentimientos, intuición y corazonadas. Como individuos que son, frecuentemente llegan a creer que algo es cierto mucho antes de obtener las evidencias que puedan convencer a otra persona de que efectivamente lo es. El científico, movido por la fe en sus propias ideas y el deseo de aceptación por parte de sus colegas, trabaja durante años persuadido en su corazón de que su teoría es correcta, ingeniando un experimento tras otro para obtener unos resultados que, él espera, sirvan para favorecer su punto de vista.’2

La cuestión no es quién se mueve por suposiciones previas, sino ¡cuáles son las suposiciones previas adecuadas de las que deberíamos partir!, de hecho, el libro Enseñando la Evolución, en el diálogo que aparece en las páginas 22-25, admite que la ciencia no consiste tan solo en hechos objetivos, sino que hace afirmaciones provisionales, nunca dogmáticas. Pero el resto del libro afirma ¡dogmáticamente! que la evolución es un hecho indiscutible.

El profesor Richard Lewontin, un experto en genética (y marxista autoproclamado), es uno de los paladines mundiales de la difusión de la biología evolutiva. El escribió recientemente este esclarecedor comentario (las itálicas estaban presentes en el original) que es una ilustración de sus prejuicios filosóficos implícitos en contra de la creación del Génesis aunque los hechos no le den la razón:

‘Nos ponemos de parte de la ciencia a pesar de la clara absurdidad de algunas de sus construcciones, a pesar de su incapacidad para cumplir muchas de sus extravagantes promesas de salud y vida, a pesar de que la comunidad científica tolera historietas claramente desprovistas de base fidedigna, porque tenemos un compromiso previo, un compromiso con el materialismo. No es que los métodos e instituciones científicas, de alguna forma, nos lleven irremediablemente a aceptar la explicación materialista del mundo y sus fenómenos, sino que, por el contrario, es nuestra adhesión a priori a las causas naturales la que nos obliga a crear un aparato de investigación y un conjunto de conceptos que produzcan necesariamente explicaciones materiales, aunque estas explicaciones sean contraintuitivas, no importa cuan incomprensibles para los no iniciados. Además, ese materialismo es un absoluto, porque no debemos permitir un Pie Divino en la puerta.’3

Muchos evolucionistas critican a los creacionistas no por causa de los hechos, sino porque los creacionistas se niegan a jugar con las reglas actuales del juego porque estas reglas excluyen de entrada la posibilidad de una creación supernatural [En otras palabras La excluyen sin antes examinar las evidencias].4 El biólogo Richard Dickerson dejó claro que es verdaderamente un ‘juego’:

‘La ciencia es fundamentalmente un juego. Un juego marcado por una regla suprema que es la siguiente: Regla #1: Veamos hasta qué punto conseguimos explicar el comportamiento del universo físico y material sin invocar lo sobrenatural, tan sólo en términos de causas puramente materiales y físicas.’5

En la práctica, el juego se amplía para tratar de explicar no tan sólo el comportamiento, sino incluso el origen de todo, sin aludir en ningún momento a algo sobrenatural.

De hecho, los evolucionistas a menudo son inconsistentes con sus propias reglas en contra de referirse a un diseñador inteligente. Por ejemplo, cuando los arqueólogos encuentran una punta de flecha, pueden afirmar que debe de haber sido diseñada, aunque no hayan visto al diseñador. Y el programa SETI para la búsqueda de inteligencia extraterrestre se fundamenta en el principio según el cual una señal del espacio exterior que contenga información específica debe proceder de una fuente inteligente. Sin embargo el prejuicio materialista de muchos evolucionistas les hace negar que la enorme cantidad de información que contiene toda célula viva proceda de una fuente inteligente. Esto no se parece en nada a la inocente imagen del científico que supuestamente va sólo donde la evidencia le lleva, pero es la triste realidad. El Dr. Scott Todd, inmunólogo de la Universidad del Estado de Kansas, ha declarado:

‘Incluso si todos los datos señalaran a un diseñador inteligente, tal hipótesis queda excluida de la ciencia porque no es naturalista.’ 6

No es casualidad que los líderes del pensamiento evolucionista sean ardientes opositores de la noción del Dios cristiano revelado en la Biblia.7 Stephen Jay Gould y otros han mostrado que el propósito de Darwin era destruir la idea de un diseñador divino.8 Richard Dawkins, quien después escribiría El Espejismo de Dios, aplaude la evolución, porque dice que ‘antes de Darwin era imposible ser un ateo intelectualmente satisfecho’.9

Muchos ateos afirman serlo precisamente por causa de la evolución. Por ejemplo, el etimólogo evolucionista y sociobiólogo E.O. Wilson (quien ha escrito un artículo en Enseñando la Evolución en la página 15) dice:

‘Como muchas personas de Alabama, yo era un cristiano nacido de nuevo. A los 15 años, entré en la iglesia Bautista del Sur con gran fervor e interés en la religión fundamentalista; la abandoné a los 17 cuando fui a la Universidad de Alabama y aprendí la teoría de la evolución.’10

Muchas personas no se dan cuenta de que la enseñanza de la evolución propaga una religión antibíblica. Muchos evolucionistas prominentes han suscrito el Manifiesto Humanista I (1933), cuyos dos primeros postulados son:

  1. Los humanistas religiosos consideran el universo como autoexistente y no creado.
  2. El humanismo cree que el Hombre es parte de la naturaleza y que ha surgido como resultado de un proceso continuo.

Esto es exactamente lo mismo que enseña la evolución. Muchos líderes humanistas hablan abiertamente del uso de las escuelas públicas para hacer proselitismo de su fe. Eso puede sorprender a algunos padres que piensan que las escuelas no deben usarse para el adoctrinamiento religioso, pero la siguiente cita lo hace patente:

‘Estoy convencido de que la batalla por el futuro de la humanidad debe lucharse y ganarse en el aula de la escuela pública por profesores que conciban su papel como proselitistas de una nueva Fe: Una religión de humanidad que reconozca y respete la chispa de lo que los teólogos llaman divinidad en cada ser humano. Estos profesores deben poseer la misma dedicación que muestra el más fanático predicador fundamentalista, pues serán ministros de otra clase, usando el aula en lugar del púlpito para transmitir valores humanistas mediante la enseñanza de cualquier tema, sin importar el nivel educativo—desde el parvulario hasta la universidad. El aula debe convertirse y se convertirá en campo de batalla entre lo viejo y lo nuevo—entre el cadáver corrupto del cristianismo, junto con todas las miserias y males que conlleva, y la nueva fe del humanismo
‘Sin lugar a dudas será una larga, ardua, dolorosa lucha marcada por mucho sufrimiento y lágrimas, pero el humanismo saldrá triunfante. Debe triunfar pues es necesario que la familia de la humanidad sobreviva.’11

Enseñando la evolución, dice ser un libro de ciencia, neutral en lo que se refiere a la religión, sin embargo no se refrena a la hora de hacer sus propias afirmaciones religiosas. Por ejemplo en la página 6:

‘Aceptar la probabilidad de cambio—y ver el cambio como un agente de oportunidad en lugar de una amenaza—es un reto y un mensaje silencioso en la lección de la evolución.’

Sin embargo este mensaje es incoherente, porque al mismo tiempo el libro admite que la evolución es ‘impredecible y natural’, y que no tiene ‘ninguna dirección o propósito específicos’ (p. 127).

Los autores del libro Enseñando la Evolución quizás se han dado cuenta de que el ateismo descarado de la mayoría de los líderes evolucionistas sería repugnante para la mayoría de los padres americanos si estos padres fueran conscientes de ello. Más recientemente, el filósofo agnóstico y anticreacionista Ruse admitió ‘los defensores de la evolución la proclaman como más que mera ciencia. La evolución se defiende como una ideología, como una alternativa en toda regla al cristianismo, con significado y valores morales … la evolución es una religión. Así fue la evolución en sus inicios, y así es la evolución hoy.’12 Enseñando la Evolución intenta adecentar la evolución pretendiendo que es compatible con muchas religiones. Incluso cita a muchos lideres religiosos con el propósito de recabar su apoyo. En uno de los ‘diálogos’ se presenta a un profesor que logra eliminar toda oposición al pedirles a los estudiantes que le pregunten a su pastor, éstos regresan entonando un ‘¡No hay problema con la evolución!’ A pesar de que los diálogos son ficticios, esta situación es verosímil.

Muchas personas se sorprenderán al darse cuenta de que muchos líderes de iglesia no creen su propio libro, la Biblia. La Biblia enseña claramente que Dios creó recientemente en seis días consecutivos normales, e hizo que los seres vivientes se reprodujeran ‘Según su género,’ y que la muerte y el sufrimiento son el resultado del pecado de Adán. Esta es una de las razones por las cuales muchos cristianos consideran la evolución incompatible con el cristianismo. En la página 58, Enseñando la Evolución señala que mucha gente religiosa cree que ‘Dios usó la evolución’ (Evolución teísta). Pero la evolución teísta enseña que Dios usó la lucha por la supervivencia y la muerte, que es el ‘enemigo final’ (1 Cor. 15:26) como Su medio para conseguir una creación ‘muy buena’ (Gen. 1:31).13 Los creacionistas bíblicos consideramos que esto es inadmisible.

La única forma de afirmar que la evolución y la ‘religión’ son compatibles es considerar que la ‘religión’ no tiene ninguna relación con el mundo real, considerarla como algo subjetivo. Un Dios que ‘creó’ por medio de la evolución es, en la práctica, indistinguible de un Dios inexistente.

Quizás Enseñando la Evolución baja la guardia a veces. Por ejemplo en la pagina 11 se refiere a ‘la explicación de Génesis … . según la cual Dios creó todas las cosas en su forma presente en el plazo de seis días,’ es decir, que Génesis realmente enseña la creación de las formas básicas en seis días lo cual contradice a la evolución. Por lo tanto, Enseñando la Evolución en realidad reconoce que la evolución contradice el relato del Génesis, y por lo tanto el cristianismo bíblico, a pesar de que ellos normalmente niegan que estén atacando ‘religión’. Enseñando la Evolución frecuentemente presenta caricaturas del creacionismo para burlarse de lo que los creacionistas creen realmente. Los creacionistas no creen que la vida fuera creada exactamente en la misma forma que tienen los seres vivos hoy. Los creacionistas creen que los seres vivos varían dentro de los límites de su especie, que no es lo mismo que creen que cambian incrementando la información; eso es lo que la evolución de las partículas a las personas requiere. Esto se tratará con más detalle en el próximo capítulo.

Más descaradamente, Enseñando evolución recomienda muchos libros que son claramente ateos, como los de Richard Dawkins (p. 131).14 En la página 129 manifiesta: ‘Las afirmaciones creacionistas no deberían ser aceptadas como alternativas razonables a las explicaciones científicas del origen del universo y la evolución de la vida.’ Dado que cualquier cosa no razonable es irrazonable, Enseñando la evolución está de hecho diciendo que los que creen la creación son en realidad irrazonables e irracionales. Eso dista mucho de ser religiosamente neutral, por el contrario muchas personas religiosas lo consideran como un ataque.

Una encuesta reciente publicada por la conocida revista científica Nature mostró de forma inequívoca que los miembros de la Academia Nacional de la Ciencia de los EEUU, los autores de Enseñando la Evolución , están fuertemente prejuiciado en contra de Dios, en lugar de ser neutral en temas religiosos.15 Una encuesta realizada entre los 517 miembros de esta Academia en ciencia biológicas y físicas obtuvo la mitad de respuestas: 72.2 % eran abiertamente ateos, 20.8 % agnósticos, y tan sólo 7.0 % creían en un Dios personal. La creencia en Dios y en la inmortalidad era mas baja entre los biólogos. Presumiblemente quienes no respondieron tampoco eran creyentes, por lo tanto la encuesta probablemente minusvalora el nivel de creencia anti-Dios en la los miembros de esta Academia. El porcentaje de no creencia es mucho mas alto que el mismo porcentaje entre los científicos de EEUU en general, o que en la población de EEUU.

Hablando de la neutralidad religiosa que profesa Enseñando la evolución, el encuestador dice:

‘El Presidente de la Academia Nacional de las Ciencias, Bruce Alberts afirmó: “Hay muchos miembros eminentes de esta academia con profundas convicciones religiosas, gente que cree en la evolución, muchos de ellos biólogos.” Nuestra encuesta muestra lo contrario16

Los fundamentos de la ciencia moderna

Muchos historiadores, de muchas creencias religiosas diferentes, incluidos ateos, han mostrado que la ciencia moderan empezó a florecer solamente en la Europa predominantemente cristiana. Por ejemplo, el Dr. Stanley Jaki ha documentado como el método científico estaba por nacer en todas las culturas aparte de la cultura europea judeo-cristiana.17 Estos historiadores señalan que el fundamento de la ciencia moderna descansa sobre la idea de que el universo fue hecho por un creador racional. Un universo ordenado tiene sentido solo si procede de un Creador ordenado. Pero si no hay creador, o si Zeus y su pandilla son los que mandan, ¿por qué debería haber orden alguno? Por lo tanto, una sólida creencia cristiana no solamente no es un obstáculo a la ciencia, sino que tal creencia es su fundamento mismo. Es, por tanto, engañoso pretender, como lo hacen muchos evolucionistas, que creer en milagros significa que la ciencia en laboratorio sea imposible. Loren Eiseley dijo:

‘La filosofía de la ciencia experimental … empezó sus descubrimientos e hizo uso de sus métodos en la fe, no en el conocimiento, de que estaba frente a un universo racional controlado por un creador que no actuaba sobre él ni interfería con las fuerzas que él había puesto en operación … . Es sin duda una de esas curiosas paradojas de la historia de la ciencia; una disciplina cuyos profesionales viven alejados de la fe, debe sus orígenes a un acto de fe que afirma que el universo puede ser interpretado racionalmente, y la ciencia hoy se sostiene sobre esa premisa.’18

Los evolucionistas, incluido el mismo Eiseley, han abandonado la única justificación racional de la ciencia. Pero los cristianos pueden aún afirmar que tiene tal justificación.

Por lo tanto no debería sorprendernos, aunque mucha gente sí se sorprenda, observar que muchas ramas de la ciencia moderna fueron fundadas por creyentes en la creación. La lista de científicos creacionistas es impresionante.19 Este es un resumen:

Física Newton , Faraday , Maxwell , Kelvin , Joule
Química Boyle, Dalton, Ramsay
Biología Ray, Linnaeus, Mendel, Pasteur, Virchow, Agassiz
Geología Steno, Woodward, Brewster, Buckland, Cuvier
Astronomía Copernico, Galileo, Kepler, Herschel, Maunder
Matemáticas Pascal, Leibniz, Euler

Nótese que no estoy diciendo que todos estos estuvieran de acuerdo conmigo en todos los aspectos de la creación; sino que ellos son una refutación de los argumentos evolucionistas comunes según los cuales ‘Un creacionista no puede ser un científico real’ y que ‘negar la evolución nos haría retroceder en la historia a las épocas más oscuras.’

Incluso hoy, muchos científicos rechazan las evolución de las partículas a las personas (es decir, que todo se ha hecho a sí mismo). Los miembros de la plantilla científica de Creation Ministries International han publicado muchos trabajos científicos en sus respectivos campos. El Dr. Russell Humphreys, es físico nuclear y trabaja para Sandia National Laboratories en Alburquerque, Nuevo México, él cuenta en su haber con más de 20 artículos aparecidos en publicaciones de física, mientras que la teoría de las placas tectónicas catastróficas de Dr. John Baumgardner fue publicada por la revista Nature. El Dr. Edward Boudreaux de la universidad de Nueva Orleáns ha publicado 26 artículos y cuatro libros en química física. El Dr. Maciej Giertych, catedrático del departamento de genética del Instituto de Dendrologia de la Academia Polaca de las Ciencias, ha publicado 90 trabajos en revistas científicas. El Dr. Raymond Damadian inventó la resonancia magnética de imagen un avance medico que ha salvado muchas vidas.20 El Dr. Raymond Jones ha sido mencionado como uno de los mejores científicos de Australia por sus descubrimientos sobre la legumbre Leucaena y la simbiosis bacterial con animales de pastoreo, la cual proporciona a Australia unos ingresos anuales millonarios.21 El Dr. Brian Stone ha sido galardonado con un número impresionante de distinciones por su excelencia en la enseñanza de la ingeniería en diversas universidades australianas.22 Un rival evolucionista en un debate público admitió lo siguiente acerca del Dr. Duane Gish bioquímico y eminente creacionista:

‘Duane Gish posee unas credenciales científicas impresionantes. Como bioquímico, ha sintetizado péptidos, compuestos que se hallan a mitad de camino entre aminoácidos y proteínas, ha sido coautor de un buen número de excelentes publicaciones en el campo de la química péptida.’23

El sitio web de Creation Ministries International muestra un gran abanico de científicos creacionistas altamente cualificados que viven en la actualidad.24 Por lo tanto la tan cacareada acusación de que ningún científico verdadero rechaza la evolución carece de fundamento. Sin embargo, Enseñando la Evolución afirma en su sección de preguntas y respuestas de la página 56:

Pregunta: ¿No es verdad que muchos científicos rechazan la evolución?

Respuesta: No. El consenso científico sobre la evolución es aplastante …

Es lamentable que Enseñando la Evolución no responda a su propia pregunta. En honor a la verdad la pregunta debería responderse así ‘Sí, aunque los científicos que rechazan la evolución son una minoría’. La explicación de la respuesta dada sería apropiada, aunque discutible, si la pregunta hubiera sido: ‘Es cierto que no hay consenso científico sobre la evolución’ Pero ¡la verdad no se decide por el voto de la mayoría!

C.S. Lewis señala además que si la evolución atea fuera cierta deberíamos poner en tela de juicio hasta nuestra propia capacidad de raciocinio:

‘Si el sistema solar surgió por un choque accidental, entonces la aparición de la vida orgánica en el planeta también fue un accidente, y la evolución del Hombre también fue accidental. Si esto es así, entonces todos nuestros razonamientos son simplemente accidentes casuales–el resultado accidental del movimiento de los átomos. Y esto incluye también los razonamientos de los materialistas y de los astrónomos y de todos nosotros. Pero si sus pensamientos–es decir los de los materialistas y astrónomos–son simplemente productos accidentales, ¿qué motivos hay para suponer que son verdaderos? No veo ninguna razón válida para creer que un accidente pudiera provocar una explicación correcta de los otros accidentes.’25

Los límites de la ciencia

La ciencia tiene sus límites. La ciencia normal operacional trata solamente con procesos que se dan en el presente y que son repetibles y observables. Este tipo de ciencia ha obtenido brillantes logros en su empeño por comprender el mundo, y ha aportado mejoras a nuestra calidad de vida. En contraste, la evolución es una mera especulación sobre un pasado no observable y no repetible. Por lo tanto es engañoso comparar, como hace Enseñando la Evolución, el escepticismo respecto a la evolución con el rechazo a gravedad o al heliocentrismo. Tampoco es correcto decir que negar la evolución es como rechazar el modelo científico que ha puesto a los hombres en la luna, a pesar de que muchos propagandistas de la evolución hagan tales afirmaciones. (Curiosamente el hombre que hay tras la misión lunar Apolo fue un científico de cohetes creacionista Wernher von Braun .26)

Cuando se trata del pasado, ‘La ciencia de los orígenes’ puede permitirnos hacer explicaciones tentativas bien fundamentadas. Usando los principios de causalidad (todo lo que tiene un principio tiene una causa27) y analogía (es decir, observamos que se requiere inteligencia para generar un código complejo de información en el presente, de la misma forma podemos razonablemente asumir que lo mismo fue cierto en el pasado). Pero la única forma en la que realmente podemos estar seguros del pasado es teniendo el relato de un testigo ocular fidedigno. El testimonio de un testigo ocular fiable afirmando que el sospechoso no se hallaba en la escena del crimen anula todas las evidencias circunstanciales. Los evolucionistas dicen que este testimonio no existe, y en consecuencia sus ideas se derivan de sus propias suposiciones acerca del pasado. Pero los creacionistas bíblicos creen que el Génesis es un relato de un testigo ocular del origen del universo y de los organismos vivos. También creen que existen sólidas evidencias para sostener esta afirmación, por lo tanto niegan que la suya sea una fe ciega.28

Los creacionistas no pretenden que el conocimiento, ni siquiera el conocimiento científico, pueda alcanzarse sin partir de ciertas presuposiciones (es decir, creencias religiosas o filosóficas previas). Los creacionistas afirman que la creación no puede en última instancia separarse de la Biblia de la misma forma que la evolución no puede en última instancia separarse de sus puntos de partida naturalistas los cuales excluyen una creación divina a priori.

Referencias y notas

  1. D.M.S. Watson, ‘Adaptation’, Nature 124:233, 1929. Regresar al texto
  2. Boyce Rensberger, Como funciona el mundo (NY: William Morrow 1986), pp. 17–18. Regresar al texto
  3. Richard Lewontin, Billones de billones de demonios The New York Review, 9 Enero 1997, p. 31. Regresar al texto
  4. C. Wieland, Ciencia Las reglas del juego Creation 11(1):47–50, diciembre 1988–febrero 1989, <creation.com/rules>. Regresar al texto
  5. R.E. Dickerson, J. Molecular Evolution, 34:277, 1992; Perspectives on Science and the Christian Faith 44:137–138, 1992. Regresar al texto
  6. C.S. Todd, Carta a Nature 410(6752):423, 30 Sept. 1999. Regresar al texto
  7. D. Batten, Un quien es quien de los evolucionistas Creation 20(1):32, Diciembre
    1997–Febrero 1998, Hasta que punto son religiosamente neutrales las organizaciones anticreacinismtas <creation.com/rules>. Regresar al texto
  8. C. Wieland, El verdadero mensaje de Darwin Lo has pasado por alto Creation 14(4):16–19, Septiembre–Noviembre 1992, <creation.com/ realmessage> Regresar al texto
  9. R. Dawkins, El Relojero Ciego Por que la evidencia de la evolución revela un universo sin diseño (NY: W.W. Norton, 1986), p. 6. Regresar al texto
  10. E.O. Wilson, El humanista Septiembre–Noviembre 1982, p. 40. Regresar al texto
  11. J. Dunphy, Una religios para una Nueva Era El humanista Ene-Feb 1983, pp. 23, 26 (énfasis añadido), citado por Wendell R. Bird, El origen de las especia–revisitado vol. 2, p. 257. Regresar al texto
  12. M. Ruse, Como la evolución llego a convertirse en una religión National Post, 13 Mayo 2000. Regresar al texto
  13. W. Gitt, Uso dios la evolución (Bielefeld, Alemania: CLV, 1993); Preguntas sobre la evolución teística <creation.com/theistic>. Regresar al texto
  14. Refutación de libros de Dawkins véase J.D. Sarfati, Comentario de La ascensión al monte improbable Journal of Creation 12(1):29–34, 1998, <creation/ dawkins>; J.D. Sarfati, Misologiía misoteista Dawkins ataca a Behe pero cae en agujeros lógicos, <creation.com/rules>. 13 Julio 2007; P. Bell, Comentario de El espejismo de Dios, <creation.com/rules>. Journal of Creation 21(2):28–34, 2007. Regresar al texto
  15. E.J. Larson y L. Witham, ‘Los científico promitente todavía rechazan a Dios’, Nature 394:6691, 23 Julio 1998; El único criterio para considerar a alguien un científico prominente o relevante es su pertenencia a la NAS Regresar al texto
  16. En el mismo lugar 26 (énfasis añadido), Regresar al texto
  17. S. Jaki, ciencia y creación (Edinburo y Londres: Scottish Academic Press, 1974). véase también R. Stark, Para la gloria de Dios Como el monoteísmo desemboco en la reforma, Ciencia Caza de brujas y el final de la esclavitud 2004, Comentado en <creation.com/stark>. Regresar al texto
  18. L. Eiseley: El siglo de Darwin: La evolución y los hombres que la descubrieron (Anchor, NY: Doubleday, 1961). Regresar al texto
  19. A. Lamont, 21 Grandes científicos que creyeron en la Biblia (Australia: Creation Science Foundation, 1995), pp. 120–131; H.M. Morris, Hombres de ciencia–hombres de Dios (Green Forest, AR: Master Books, 1982). Regresar al texto
  20. J. Mattson y Merrill Simon, los pioneros del NMR en la resonancia magnética en la medicina: La historia de la MRI (Jericho, NY: Bar-Ilan University Press, 1996), capitulo 8. véase también J.D. Sarfati, La crucial contribución del Dr. Damadian a la MRI: Vuelve la controversia en torno al premio Nóbel 21–22 Octubre 2006, <creation. com/damadian>. Regresar al texto
  21. ‘Permaneced firmes’ [Entrevista de Raymond Jones con Don Batten y Carl Wieland], Creation 21(1):20–22, diciembre 1988–febrero 1999, Regresar al texto
  22. Profesor galardonado rechaza la evolución Brian Stone habla con Don Batten y Carl Wieland’, Creation 20(4):52–53, Septiembre–Noviembre 1998, Regresar al texto
  23. Sidney W. Fox, El surgimiento de la vida La evolución Darvinista desde dentro (NY: Basic Books, 1988), P. 46. Fox era un prominente químico evolucionista que cree que la vida evoluciono a partir de Microesferas proteinoides Regresar al texto
  24. Disponible en <creation.com/bios>. Regresar al texto
  25. C.S. Lewis, Dios en el banquillo de los acusados (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1970), pp. 52–53. Regresar al texto
  26. Ann Lamont, Ref. 19, pp. 242–251. Regresar al texto
  27. J.D. Sarfati, Si Dios creo el universo Entonces quien creo a Dios Journal of Creation 12(1)20–22, 1998, Quien diseño al diseñador 2007, <creation.com/whodesigned>. Regresar al texto
  28. Alguna Información para apoyar esto se haya en las siguientes obras Entre otras G.L. Archer, Enciclopedia de las dificultades bíblicas (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1982); G.H. Clark, El martillo de Dios: La Biblia frente a sus Críticos (Jefferson, MD: The Trinity Foundation, Segunda edición 1987); P. Enns, El manual de teología de Moody (Chicago, IL: Moody Press, 1989), capítulo 18; N.L. Geisler y R.M. Brooks, Cuando preguntan los escépticos (Wheaton, IL: Victor Books, 1990); N.L. Geisler y T. R. Howe, Cuando preguntas los críticos (Wheaton, IL: Victor Books, 1992); N.L. Geisler y William E. Nix, Introducción general a la Biblia (Chicago, IL: Moody, 1986); L, Strobel, Argumentos a favor de Cristo y Argumentos a favor de la fe Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998 y 2001; véase también <creation.com/bible>. Regresar al texto