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Contenido

Prólogo & Introducción

Capítulo 1 Hechos & Prejuicios

Capítulo 2 Variacion y selección natural frente a la evolucion

Capítulo 3 Faltan los eslabones

Capítulo 4 ¿Evolucionaron las aves?

Capítulo 5 ¿Evolucionaron las ballenas?

Capítulo 6 Humanos: ¿Imágenes de Dios o monos desarrollados?

Capítulo 7 Astronomía

Capítulo 8 La Edad de la Tierra

Capítulo 9 ¿Es legítima la explicación del diseño?

Capítulo 10 Conclusión


Refutando la Evolución

Un manual para estudiantes, padres y profesores que responde a los últimos argumentos en favor de la evolución

por Jonathan Sarfati, Ph.D., F.M.

Capítulo 3: Faltan los eslabones

Enseñando la Evolución y la Naturaleza de la Ciencia trata del registro fósil en varias ocasiones. Creacionistas y evolucionistas, con sus diferentes preconcepciones, predicen distintas cosas sobre el registro fósil. Si todos los seres vivientes realmente han evolucionado a partir de otros tipos de criaturas, entonces debería haber habido muchas formas intermedias o transicionales, con estructuras a medio camino entre ambos. Pero, si por el contrario, las diferentes clases han sido creadas separadamente, el registro fósil debería mostrar que los animales aparecen de forma repentina y completamente formados.

El problema de los fósiles transicionales

Darwin se mostró preocupado porque el registro fósil no mostraba lo que su teoría predecía:

“¿Por qué no están llenos, cada estrato, cada formación geológica de eslabones intermediarios? Ciertamente la geología no revela esa cadena continua de organismos que cambian gradualmente poco a poco, y ésa es la objeción más obvia y seria que puede oponerse en contra de la teoría”1

¿Ha cambiado algo hoy? El Dr. Colin Patterson (1933–1998), paleontólogo principal del Museo Británico de Historia Natural, escribió un libro titulado Evolución. En respuesta a un lector que le había preguntado por qué no había incluido ninguna fotografía de forma transicional alguna, escribió:

“Estoy completamente de acuerdo con sus comentarios sobre la falta de ilustraciones directas de las transiciones evolutivas en mi libro. Si conociera alguna, viviente o fosilizada, sin duda la habría incluido … Lo diré claramente; no hay ni un solo fósil a partir del cual se pueda construir un argumento’sólido2

Stephen Jay Gould (1941–2002), renombrado evolucionista (y marxista) escribió:

“La ausencia de evidencia fósil para las fases intermediarias entre las grandes transiciones en el diseño orgánico, de hecho nuestra incapacidad para construir intermediarios funcionales en muchos casos, incluso de imaginarlos, ha sido una dificultad constante en los relatos gradualistas de la evolución”3

Y:

“Yo considero que el fracaso en la búsqueda de un claro “”vector de progreso” en la historia de la vida es el factor más desconcertante en el registro fósil.4

Tal como Sunderland señala:

“No sería desconcertante si él [Gould] no hubiera decidido antes de examinar las evidencias que la evolución a partir de un antepasado común es un hecho “igual que las manzanas caen del árbol” y que por lo tanto’sólo podemos permitirnos hablar de posibles mecanismos que expliquen este hecho aceptado sin más”5

Las distancias son insalvables

Palaeochiropteryx tupaiodon
Palaeochiropteryx tupaiodon—según los evolucionistas se trata de uno de los fósiles de murciélago más antiguos.

Enseñando la Evolución evita tratar del inmenso abismo que separa la materia inerte de la primera célula viva, o de la distancia que hay entre los organismos monocelulares y los multicelulares, o de la gran diferencia entre invertebrados y vertebrados. Las abismales diferencias entre estos grupos son ya de por sí suficiente prueba de que la evolución, que supuestamente transformaría las moléculas en hombres, carece de fundamento.

Hay muchos otros ejemplos de organismos que aparecen de forma abrupta y completamente formados en el registro fósil. Por ejemplo, los primeros murciélagos, petosaurios, y aves tenían todos alas completamente funcionales. Las fotografías muestran que los murciélagos siempre han sido murciélagos.6

Las tortugas son un grupo de reptiles perfectamente diseñado y especializado, que tienen un caparazón particular que protege los órganos vitales de su cuerpo. Pero los evolucionistas admiten que “No hay ni rastro de formas intermedias entre las tortugas y los cotilosaurios, reptiles primitivos de los cuales [creen los evolucionistas] surgieron probablemente las tortugas”. No pueden excusarse en un registro fósil incompleto porque “las tortugas dejan más y mejores restos fósiles que los otros vertebrados”7 La “tortuga conocida más antigua” era una tortuga completamente formada, en ningún modo transicional. Tenía un sistema completamente desarrollado para expulsar la sal, sin el cual un reptil marino se deshidrataría rápidamente. Esto se puede saber por las cavidades del cráneo que habrían albergado enormes glándulas secretoras de sal alrededor de sus ojos.8

La totalidad de los 32 órdenes de mamíferos aparecen en el registro fósil súbitamente y completamente formados. El paleontólogo Evolucionista George Gaylord Simpson escribió en 1944:

“Los miembros más primitivos de cada orden ya poseen las características ordinales básicas, y en ningún caso se conoce ninguna serie continua que nos conduzca de un orden conocido a otro”. En la mayoría de los casos, el corte es tan abrupto y la distancia de separación tan enorme que el origen de tal orden es meramente especulativo y a menudo puesto en tela de juicio “9

Poco han cambiado las cosas desde entonces.10

Excusas

Como la mayor parte de la propaganda Evolucionista, Enseñando la Evolución afirma que existen muchas formas transicionales, y presenta algunos “ejemplos”. Un cuadro en la página 15 contiene un artículo pletórico de optimismo escrito por el evolucionista (y ateo) E.O. Wilson, titulado ‘El Descubrimiento de un Eslabón Perdido’. Wilson afirma haber estudiado “una forma intermedia entre las abejas solitarias y las hormigas sociales modernas”. Pero otro ateo evolucionista, W.B. Provine, dice que “las afirmaciones de Wilson están explícitamente negadas en su propio texto … Los comentarios de Wilson, como mínimo, conducen a engaño”.11

Enseñando la evolución enfatiza el Archaeopteryx, una serie transitoria que supuestamente va desde los mamíferos terrestres a la ballena, los cuales se tratan en los capítulos 4 y 5 de este libro. Enseñando la evolución también presenta las siguientes excusas en la página 57:

“Algunos cambios en la población pueden ocurrir demasiado rápidamente como para dejar muchos fósiles transicionales. Así también, muchos organismos no son propensos a dejar restos fósiles por causa de sus hábitats o porque no tienen partes de su cuerpo que pueden fosilizarse fácilmente.”

Darwin también excusó la falta de formas transicionales debido a “la extrema imperfección del registro fósil”. Pero, tal como hemos visto, incluso los organismos que dejan excelentes fósiles, como las tortugas, no disponen de ningún intermediario. Michael Denton señala que el 97,7 % de los órdenes vivientes de vertebrados terrestres están representados en el registro fósil y el 79,1 % de las familias vivientes de vertebrados terrestres; 87,8 % si se excluyen las aves, dado que es más difícil que éstas se fosilicen.12

Es cierto que el proceso de fosilización demanda condiciones muy particulares. Normalmente, cuando un pez muere, sale a flote y se corrompe y los carroñeros se lo comen. Incluso si algunas partes del cuerpo caen al fondo, los carroñeros las devoran. Los buceadores no hallan el lecho marino cubierto con animales muertos fosilizándose lentamente, lo mismo ocurre con animales terrestres. Durante el último siglo millones de búfalos (bisontes) fueron muertos en Norteamérica durante el último siglo, pero han dejado pocos fósiles.

En la naturaleza, para que se produzca un fósil bien preservado generalmente se requiere una rápida sepultura (para que los carroñeros no destruyan el cadáver) y agentes de cimentación que endurezcan el fósil rápidamente. Enseñando la Evolución contiene varias fotos de calidad mostrando un pez fosilizado con sus características bien preservadas (p. 3) y una medusa (p. 36). Estos fósiles ciertamente no pudieron formarse de forma gradual; ¿Durante cuanto tiempo retienen sus características las medusas muertas? Si quisiéramos formar estos fósiles, la mejor forma podría ser ¡depositar una gran cantidad de hormigón sobre el animal! La mayoría de los fósiles sólo pueden explicarse por la concurrencia de condiciones extremas; por ejemplo; un diluvio universal seguido por catástrofes regionales generalizadas.

Enseñando la Evolución, tras esta cita, continúa afirmando.

“Sin embargo en muchos casos, como entre los peces primitivos y los anfibios, anfibios y reptiles, reptiles y mamíferos, y reptiles y aves, hay excelentes fósiles transicionales”

Pero Enseñando la Evolución no presenta ¡ni una sola evidencia! Examinemos a continuación brevemente algunas de las afirmaciones evolucionistas más comunes (la transición reptil a ave, se explica en el capítulo siguiente que trata de aves):

  • De los peces a los anfibios: Algunos evolucionistas creen que los anfibios evolucionaron a partir del pez Ripidisti, parecido a un celacanto. Se creía que éstos usaban sus aletas redondeadas para caminar por el lecho marino antes de emerger a tierra. Esta especulación parecía imposible de refutar, dado que según las interpretaciones evolutivas de las grandes edades del registro fósil, el último celacanto vivió hace 70 millones de años. Pero en 1938 se descubrió un celacanto viviente (Latimeria chalumnae). Y se descubrió que las aletas no se usaban para caminar sino para maniobrar diestramente al nadar. Sus partes blandas eran semejantes a las de los peces, no transicionales. También presenta algunas características únicas; da a luz a sus crías tras aproximadamente un año de gestación, tiene una pequeña cola secundaria para ayudarse en su navegación, y una glándula que detecta señales eléctricas.13 El anfibio más primitivo, Ichthyostega (mencionado en la página 39 de Enseñando la Evolución), difícilmente puede ser considerado como transicional, pues tiene unas piernas completamente formadas y bandas en los hombros y la pelvis, elementos inexistentes en los Ripidistis.
  • De los anfibios a los reptiles: Seymouria se presenta como supuesto intermediario entre anfibios y reptiles. Pero esta criatura data (según métodos de datación evolucionistas) de hace 280 millones de años, es decir más o menos 30 millones de años más joven que los “primeros” verdaderos reptiles el Hylonomus y el Paleothyris. Esto significa ¡que los reptiles son millones de años más viejos que sus supuestos antepasados! Tampoco hay ninguna razón para suponer que su reproducción no fuera completamente anfibia. El salto del anfibio a los reptiles ovíparos requiere el desarrollo de una gran cantidad de nuevas estructuras y cambios importantes en la bioquímica; véase más adelante la sección sobre los cambios en las partes blandas.
  • De los reptiles a los mamíferos Los reptiles parecidos a los mamíferos se consideran comúnmente como transicionales. Pero según un especialista en estos animales:
“Cada vez que encontramos una especie de reptil semejante a un mamífero ésta aparece bruscamente en el registro fósil y no viene precedida por especies que sean antepasados directos de ella. Y desaparece poco después, también súbitamente, sin dejar especies descendientes directas”14

Los evolucionistas creen que los huesos del oído de los mamíferos evolucionaron a partir de los huesos de las quijadas de los reptiles. Pero Patterson reconoce que no hay una conexión clara entre los huesos de la quijada de los reptiles más parecidos a mamíferos y los huesos del oído de los mamíferos. De hecho, los evolucionistas discuten entre ellos cuál está relacionado con cuál.15

La función de las posibles formas intermedias

La incapacidad de imaginar formas intermedias es un verdadero problema. Si los murciélagos o las aves evolucionaron a partir de un animal terrestre, las formas transicionales deberían tener extremidades anteriores que no fueran ni buenas patas ni buenas alas. Pero entonces ¿por qué iban a ser seleccionados tales animales? Las frágiles extremidades anteriores de las hipotéticas etapas intermedias de los murciélagos y pterosauros serían más un estorbo que una ventaja.

Cambios en las partes blandas

Y naturalmente, también las partes blandas del cuerpo de muchos animales deberían haber cambiado drásticamente y hay muy pocas probabilidades de que fueran preservadas en el registro fósil. Por ejemplo, el desarrollo del huevo amniótico habría requerido muchas y distintas innovaciones, como éstas:

  • La concha.
  • Las dos membranas, el amnión y el alantoide.
  • Excreción de ácido úrico insoluble en agua en lugar de la urea (porque la urea envenenaría al embrión).
  • Albumen, junto con un acido especial para producir su agua.
  • Yema para alimentarse.
  • Un cambio en el sistema genital que permitiera la fertilización del huevo antes de que la cáscara se endureciera.16
living horseshoe bat
Versión artística de de un murciélago de herradura.19

Otro ejemplo son los mamíferos, éstos poseen muchas partes blandas que difieren de los reptiles, por ejemplo:

  • Los mamíferos tiene un sistema circulatorio distinto, que comprende eritrocitos desprovistos de núcleo, un corazón con cuatro cavidades en lugar de tres, una aorta en lugar de dos, y un sistema completamente diferente de riego sanguíneo ocular.
  • Los mamíferos producen leche para alimentar a sus crías.
  • La piel de los mamíferos posee dos capas adicionales, el pelo y las glándulas sudoríparas.
  • Los mamíferos poseen diafragma, una partición fibrosa muscular entre el tórax y el abdomen, que juega un papel vital en el proceso de la respiración. Los reptiles respiran de forma distinta.
  • Los mamíferos mantienen la temperatura de su cuerpo constante (sangre caliente), para lo cual precisan de un complejo mecanismo termorregulador.
  • El oído de los mamíferos posee el complejo órgano de Corti, ausente en todos los oídos de reptiles.17
  • El riñón de los mamíferos posee un “muy alto coeficiente de ultrafiltración de sangre” Esto significa que el corazón debe ser capaz de generar una alta presión sanguínea. El riñón de los mamíferos excreta urea en lugar de ácido úrico, lo que requiere un proceso químico distinto. También está regulado con gran precisión para poder mantener constantes los niveles de sustancias en la sangre, lo cual demanda un complejo sistema endocrino.18

Referencias y notas

  1. C.R. Darwin, El origen de las especies, 6ª edición, 1872 (Londres: John Murray, 1902), p. 413. Regresar al texto
  2. C. Patterson, carta a Luther D. Sunderland, Abril 10, 1979, tal como se publicó en El enigma de Darwin (Green Forest, AR: Master Books, 4ª edición 1988), p. 89. Patterson más tarde intentó, de alguna forma, retractarse de esta afirmación tan clara; pero véase <creation.com/pattquote> Regresar al texto
  3. S.J. Gould, en Evolution Now: A Century After Darwin, ed. John Maynard Smith, (Nueva York: Macmillan Publishing Co., 1982), p. 140. Enseñando la evolución páginas 56–57 publica una queja de Gould en relación con los creacionistas que le citan refiriéndose a la escasez de formas transicionales. El acusa a los creacionistas de representarle como si Negara la evolución misma es sí misma. Esta queja es injustificada. Los creacionistas dejaron claro que é les un acérrimo evolucionista—lo que debe notarse es que é les un “testigo hostil”. Véase <creation.com/gouldgrumble> Regresar al texto
  4. S.J. Gould, ‘The Ediacaran Experiment’, Natural History 93(2):14–23, Feb. 1984. Regresar al texto
  5. L. Sunderland, ref. 2, pp. 47–48. Regresar al texto
  6. Fotografía e información por cortesía del Dr. Joachim Scheven del Lebendige Vorwelt Museum de Alemania. Regresar al texto
  7. Reptiles, La Nueva Enciclopedia Británica 26:704–705, 15ª edición, 1992. Regresar al texto
  8. Ren Hirayama, ‘Oldest known sea turtle’, Nature 392(6678):705–708, 16 Abril 1998; comentario de Henry Gee, p. 651, en el mismo número. Regresar al texto
  9. G.G. Simpson, Tempo and Mode in Evolution (NY: Columbia University Press, 1944), pp. 105–106. Regresar al texto
  10. Un libro muy útil sobre el registro fósiles D.T. Gish, Evolución: Los fósiles SIGUEN diciendo NO! (El Cajon, CA: Institute for Creation Research, 1995). Regresar al texto
  11. ‘Teaching about Evolution and the Nature of Science, A Review por el Dr Will B. Provine,’ <http://fp.bio.utk.edu/darwin/NAS_guidebook/provine_1.html> (última descarga 3 Marzo 2004). Regresar al texto
  12. M. Denton, Evolución, Una teoría en crisis (Chevy Chase, MD: Adler & Adler, 1985), p. 190. Regresar al texto
  13. M. Denton, Ref. 13, pp. 157, 178–180; véase también W. Roush, ‘ “Living Fossil” is dethroned’, Science 277(5331):1436, 5 Septiembre 1997; <creation. com/tiktaalik>, 2007. Regresar al texto
  14. T.S. Kemp, ‘The reptiles that became mammals’, New Scientist 92:583, 4 Marzo 1982; también <creation.com/mammal-like> Regresar al texto
  15. C. Patterson, ‘Morphological characters and homology’; en K.A. Joysey y A.E. Friday (eds.), Problems of Phylogenetic Reconstruction, Proceedings of an International Symposium held in Cambridge, The Systematics Association Special Volume 21 (Academic Press, 1982), 21–74. Regresar al texto
  16. M. Denton, Ref. 13, pp. 218–219. Regresar al texto
  17. D. Dewar, The Transformist Illusion, 2ª edición, (Ghent, NY: Sophia Perennis et Universalis, 1995), pp. 223–232. Regresar al texto
  18. T.S. Kemp, Mammal-like Reptiles and the Origin of Mammals (New York: Academic Press, 1982), pp. 309–310. Regresar al texto
  19. Cortesía de Steve Cardno, 1998. Regresar al texto