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El escuadrón perdido

Aviones perdidos profundamente enterrados desafían las ideas preconcebidas «lento y gradual».

por

Gary Chambers, Airliners.Net688-p38-lightning
El P-38 Relámpago, «Glacier Girl», actualmente restaurado (2008).
Creación 2000(1):4–8

Desde una base secreta del ejército de los Estados Unidos en Groenlandia, seis aviones de combate P-38 «Relámpago» y dos gigantescos bombarderos B-17 «Fortaleza Volante» despegaron un temprano amanecer. Fue el 15 de julio de 1942, y estaban destinados a una base aérea Británica, para unirse a la guerra contra Hitler.

Dirigiéndose al este sobre los hielos polares, se encontraron con una terrible tempestad. Volando a ciegas, les informaron que la primera parada para reabastecerse de combustible, en Islandia, fue anulada, obligándoles a volver a su base de origen. Mientras se aproximaban a ésta, escasos de combustible, se encontraron con que tampoco estaba operativa. Dándose cuenta de que su única esperanza era hacer un aterrizaje forzoso en la costa helada del este de Groenlandia, buscaron desesperadamente hasta que hallaron un claro en la capa de nubes.

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El aterrizaje forzoso del P-38 con el tren de aterrizaje subido fue la única solución.

La rueda del morro del primer avión que aterrizó chocó con una grieta, lo que hizo que cayera. Afortunadamente, el impacto en la cabina del P-38 de 8 toneladas fue amortiguado por la nieve, y las heridas de los pilotos fueron leves. Después de ver esto, el resto del escuadrón descendió sin sacar el tren de aterrizaje, aterrizando sobre la panza de los aparatos. Los aviones resultaron levemente dañados.

Todas las tripulaciones fueron rescatadas ilesas por trineos de perros, nueve días después, pero los aviones quedaron abandonados en el lugar donde habían aterrizado.1

En los años siguientes, pocas personas se acordaron ocasionalmente del legendario Escuadrón Perdido de 1942, y no fue hasta 1980 que alguien pensó en una misión de rescate. El comerciante de aviones estadounidense Patrick Epps le dijo a su amigo, el arquitecto Richard Taylor, que los aviones estarían como nuevos.

Fascinante descenso a la profunda tumba de hielo de los aviones perdidos.

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El P-38 Relámpago fue uno de los aviones más letales surgidos en la Segunda Guerra Mundial. Propulsado por motores mellizos Allison V-12, tenía un cañón de 20 mm. y cuatro ametralladoras calibre .50 en su morro. En operación del 1941 al 49, el apodo dado por los pilotos alemanes, teniendo en cuenta su doble cola, fue Der Gabelschwans Teufel (el diablo con tridente). Son una pieza de altísimo valor para los coleccionistas; se cree que sólo cinco de ellos aún volaban cuando el P-38 del Escuadrón Perdido fue rescatado - ¡bajo 75 metros (250 pies) de hielo sólido!

«Todo lo que tenemos que hacer es quitar la nieve de las alas, abastecerlos de combustible, levantarlos y volarlos hacia el poniente. Así de fácil».

A los dos hombres les costó muchos años, mucho dinero y varias expediciones fallidas hasta que tuvieron el primer indicio real. Usando un sofisticado tipo de radar, con la ayuda de un geofísico oriundo de Islandia, localizaron ocho grandes formas bajo el hielo en 1988.

Mientras la pequeña sonda de vapor comenzaba a hacer un agujero en el hielo, los miembros de la expedición miraban boquiabiertos como más y más extensiones eran añadidas al tubo de la sonda, alrededor de 75 metros (250 pies), antes de alcanzar el primer avión.

Ninguno de los descubridores había pensado en la posibilidad de que los aviones estuvieran enterrados, sino cubiertos por una ligera capa de nieve y hielo. ¿Y por qué iban a pensarlo?. Después de todo, la impresión que tiene la gente es que el crecimiento de los hielos polares requiere prolongados períodos de tiempo- miles de años para solo unos pocos metros (ver sección sobre la salamandra siberiana en pag. 8). De hecho, los núcleos de hielo de Groenlandia son utilizados para calcular la edad, basados en la creencia de que las capas que contienen diferentes porcentajes de isótopos fueron sedimentadas durante decenas de miles de años, algo similar a los anillos del tronco de un árbol.2

Es el mismo tipo de condicionamiento que hace que mucha gente instintivamente piense en la necesidad de millones de años para el crecimiento de los arrecifes de coral, para que se formen las estalactitas, etc. Esto sucede a pesar de las amplias demostraciones de que estas formaciones no necesitan períodos de tiempo tan largos.3,4,5

Epps y Taylor se dieron cuenta de que sería imposible cavar a través de esa asombrosa cantidad de hielo sólido que se había formado en menos de 50 años. Volvieron en 1990 con un aparato llamado “super-ardillla”. Este aparato de metro y medio (cinco pies) de alto, envuelto con espirales de cobre, a través de los cuales era bombeada agua caliente, derritió un pozo de poco más de un metro (cuatro pies) de ancho, a razón de medio metro (dos pies) por hora, hasta que tocó el ala de un B-17. Un obrero bajó por el agujero y usó una manguera con agua caliente para hacer una caverna alrededor del avión. Para su decepción, el enorme bombardero estaba aplastado y despedazado, más allá de toda posibilidad de volver a ser utilizado.

Ambos volvieron a casa desanimados. No obstante, solo un mes después se dieron cuenta que el P-38, más sólidamente construido, debería tener más posibilidades de haber sobrevivido al peso del hielo. En Mayo de 1992 volvieron, con nuevo apoyo económico, en un intento de gran precisión. De acuerdo a lo esperado, el P-38 que localizaron parecía estar en magníficas condiciones.

Después de muchas semanas de intenso esfuerzo, las alas y el fuselaje fueron llevados a la superficie a través de una larga abertura hecha usando la «ardilla» para hacer cuatro agujeros más, de lado a lado. Los pedazos fueron llevados con helicóptero al puerto de Groenlandia y después embarcados a los Estados Unidos, para su restauración final. Esta tarea se volvió más dificultosa de lo imaginado, pues el avión había sido dañado por el aplastamiento más de lo que se podía ver a simple vista. No obstante, cuando lo volvieron a poner en funcionamiento, casi el 80% eran partes originales. Es de destacar que los aviones bajo el hielo estaban exactamente en la misma posición en la que aterrizaron, ¡excepto en que se habían desplazado (por el flujo glacial) tres millas de su ubicación original!

Los evolucionistas y otros defensores de la idea de grandes períodos de tiempo a menudo sostienen que «el presente es la llave del pasado». En ese caso, los 3.000 metros de núcleo helado formado en Groenlandia en 1990 representarían sólo 2.000 años de acumulación. Considerando, por supuesto, la compresión de las capas inferiores (lo cual también es compensado por las grandes lluvias y nevadas que hubo por varios siglos como consecuencia inevitable del Diluvio global6), hay holgado tiempo en los casi 4000 años desde los días de Noé para que se formaran las acumulaciones de hielo existentes hoy día, aún bajo las condiciones actuales no catastróficas.

Como es habitual, no son los hechos los que hablan en contra del cálculo bíblico de una creación reciente, sino las ideas preconcebidas de nuestra cultura. «Millones de años» son tan habitualmente mencionados que inconscientemente vemos normal que los cambios necesiten largos períodos de tiempo. Es por eso que muchos se «sorprenden» cuando oyen sobre acontecimientos como los 180 metros (600 pies) de sedimento rocoso creado en meses, cómo consecuencia de la erupción del Monte St. Helens, el 18 de Mayo de 1980.7 O cuando oyen sobre el ópalo precioso, formado en meses,8 o carbón, creado por la simple combustión de madera, en 28 días.9 O sobre la bandera, carpa y trineo abandonados en el Polo Sur por la expedición Antártica de Amundsen en 1911, actualmente a 12 metros (40 pies) bajo el hielo,10 o sobre este escuadrón perdido, profundamente enterrado.

De cualquier modo, no deberíamos sorprendernos cuando los hechos muestran que las cosas generalmente suceden más rápido de lo esperado dentro del condicionamiento de una «vieja Tierra», porque «la suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia» (Salmo 119:160).

La sorpresa de la salamandra Siberiana

En las heladas superficies de Siberia, una sorprendente salamandra es capaz de sobrevivir en animación suspendida durante años, congelada a temperaturas tan bajas como -50°C, sólo para deshelarse y salir luego. Los científicos no están todavía seguros del mecanismo exacto, pero como algunos otros animales, casi seguramente produce químicos «anticongelantes» para reemplazar el agua de sus tejidos y células.

Algunas han sido halladas enterradas en hielos que, se piensa, son del Período Pleistoceno- hace 12.000 años, según el análisis evolucionista. ¡Y todavía se recuperaron cuando se deshelaron!. Aunque los investigadores han discutido la idea de utilizar el método del radiocarbono para calcular su edad y así comprobar la hipótesis de que posiblemente sean tan antiguas, dicen que las criaturas «probablemente cayeron a esa profundidad mucho después, a través de profundas grietas en la superficie helada».11

Sea o no así, la creencia de que la capa de hielo de sólo 14 metros (46 pies) de profundidad tiene miles de años de antigüedad, a la luz de la experiencia del «Escuadrón Perdido», no tiene ninguna garantía.

Fotografía de la U.S. Air Force por el Técnico Sargento Ben Bloker, licenciado como dominiopúblico vía Commons688-p38-lightning-in-flight
El «Glacier Girl» en vuelo durante una exposición aérea en los Estados Unidos.

Referencias y notas

  1. La información para este artículo es en su mayoría de: «El Escuadrón Perdido», revista «Life» 15(14):60–68, Diciembre de 1992 y «Búsqueda de un Diablo con Tridente», revista Compressed Air Magazine, pp. 30–36, Marzo de 1996. Regresar al texto.
  2. Muchos prominentes cristianos que apoyan la teoría de una Tierra de millones de años han desafiado el cálculo bíblico de una creación reciente tomando como base la antigüedad de los núcleos de hielo. No obstante, los trabajos de los científicos creacionistas, como el Dr. Larry Vardiman del Instituto de Investigación de la Creación han demostrado que las hipótesis iniciales para llegar a la conclusión de millones de años no tienen una base sólida y que los resultados del análisis de los núcleos de hielo deben ser ubicados dentro del marco de una Tierra joven. Regresar al texto.
  3. How long does a coral reef take to grow? Creation 14(1):15,1992; creation.com/coral. Regresar al texto.
  4. Coral on a shoe, Creation 16(3):15,1994; creation.com/coral-on-a-shoe. Regresar al texto.
  5. Jamieson, E., Do ancient stalactites really exist? Creation 16(1):15,1994; creation.com/ancient-stalactites. Regresar al texto.
  6. Wieland, C., Tackling the big freezeCreation 19(1):42–43, 1997; creation.com/oard. The GRIP ice-core (to be precise, 3028.8-m-long) is cited in W. Dansgaard et al., Nature 364(6343):218–220, July 1993. Regresar al texto.
  7. Mount St Helens: Explosive evidence for catastrophe in Earth’s history (Monte St. Helens: Evidencia explosiva sobre la catástrofe de la historia de la Tierra), Dr. Steve Austin, Ph.D., CSF videos (editados por el Instituto de Investigación de la Creación [Institute for Creation Research]). Regresar al texto.
  8. Snelling, A., Creating opals (Creando ópalos), Creation 17(1)14–17, 1995. Regresar al texto.
  9. Laboratorios Nacionales Argonne, en Estados Unidos, combinó madera, agua y arcilla ácida, y la calentó en un recipiente sellado (sin agregar presión) a 150 C por 28 días, y obtuvo carbón negro de alta calidad. R. Hayatsu, et al., Organic Geochemistry 6:463–471, 1984. Regresar al texto.
  10. Salt Lake Tribune, Marzo 19, 1995 p. A12. Regresar al texto.
  11. New Scientist 139(1809):15, Setiembre 11 de 1993. Regresar al texto.