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Los coronavirus en la creación

¿La actual epidemia del coronavirus apoya la evolución?

por
traducido por Sally Lee Arias

Publicado 6 febrero 2020 (GMT + 10)
National Pathogen Library (Biblioteca Nacional de Patógenos)corona-virus
Una imagen del coronavirus 2019-nCoV por microscópio electrónico

Hay un nuevo virus extendiéndose por todo el mundo. Mayormente la gente lo llama “coronavirus”. Se vio por primera vez en Wuhan, China, y ahora ha aparecido en multiples países. Mucha gente ha muerto.¿Cómo debemos reaccionar frente a ello? ¿Los virus apoyan la evolución? ¿Podemos explicarlos en un contexto creacionista? ¿Puede eso ser parte de una “muy buena” creación? Manténgase en calma, porque voy a poner patas arriba su pensamiento sobre los virus.

La mayoría de los virus son de beneficio

Puede ser chocante para mucha gente cuando lo sepa, pero la mayoría de los virus son de beneficio. ¿Ha oído que hay tantas bacterias dentro y fuera de su cuerpo como el número de células en su cuerpo? Es cierto. ¡Pero también es cierto que usted tiene más virus en su intestino que el número de bacterias! De hecho, la población viral (llamada “virome”1) tiene un rol importante para regular el número y tipo de bacterias en su cuerpo.2 Sin ellos, nos expondríamos a ser comidos por las pequeñas bacterias hambrientas que viven en el intestino.

¿Alguna vez ha nadado en el mar? Si lo ha hecho, usted estaba nadando en una muy concentrada sopa de bacteria. Hay cantidades de bacteria en el agua marina, de muchas especies diferentes. Pero, tal como ocurre en su intestino, hay más virus que bacteria; y probablemente juega un rol para mantener y equilibrar la población bacteriana en las aguas oceánicas. ¿Aún podrían existir peces si no hubiera virus? Esta es una pregunta interesante que talvez un joven científico emprendedor podría contestar algún día.

¿Alguna vez ha nadado en un lago? Entonces, estaba nadando dentro de una sopa de bacteria y virus. ¿En ese lago nadaban patos, cisnes o gansos? En este caso, usted estaba nadando en medio de los virus de la influenza. De hecho, las aves acuáticas llevan toda clase posible de los virus de influenza, incluyendo los que no infectan a los seres humanos. Estos virus entran al agua por la defecación de las aves. Pero de costumbre, la presencia de estos virus no produce enfermedades en esos pájaros,3 ni tampoco en usted, aunque entraran los virus en sus ojos, oídos o boca. El evolucionista diría que la razón por la cual las aves (usualmente) no se enferman es porque los dos han estado en guerra durante millones de años, y han hecho las paces haciendo que el virus no mate al receptor y éste provea al virus una habitación. Desde la perspectiva creacionista, el virus de la influenza probablemente tiene un rol beneficioso para las aves, pero es dudoso que alguien lo hubiera investigado hasta la fecha.

Algunos virus pueden haberse escapado del genoma

¿Sabe usted que sus células producen muchas de las mismas sustancias que forman los virus? Producimos capas de proteinas, copiamos ADN y ARN, tenemos mecanismos para mover ADN a diferentes partes del genoma, etc. Entonces, puede ser que algunos virus hayan surgido de procesos normales celulares.4 Todos los componentes existen allí, y a veces las partes se unen para hacer cosas que se asemejan a un virus. Con apenas unos cambios accidentales, la composición podría descuadrarse y volverse “viral”.

Algunos virus pueden haberse escapado de los límites de su diseño original

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Aunque son hermosos, los patos y otras aves acuáticas llevan toda clase de influenza conocida.

Pero no todos los virus se asemejan a los genomas. Muchos virus que producen enfermedades tienen la apariencia de haber sido diseñados para hacer lo que hacen. ¿De dónde vinieron? Si existe un virus que está diseñado para infectar las células de una bacteria, de un ratón, o de una persona, probablemente hay límites y equilibrios dentro de ese sistema. Si uno de esos falla, el virus podría reproducirse con más rapidez de lo programado en su diseño original. El resultado sería una enfermedad. De esta manera, un virus “beneficioso” podría volverse uno que es peligroso. Podría ocurrir una falla, como en un caso donde unas pocas mutaciones cambian un factor, como un reconocimiento celular que antes hacía que las células del receptor detectara y regulara el virus.

Los virus que cambian de especies son especialmente peligrosos

Ahora podemos hablar del coronavirus, un virus que no debe encontrarse en los seres humanos. Los virus que saltan entre diferentes especies se llaman zoonóticos (vemos la palabra similar a “zoológico”). Tenemos mucha información sobre los virus, incluyendo el de la influenza,5 la familia coronavirus (el actual virus nuevo, SARS, y MERS6), y el VIH (el virus que causa SIDA). Todos estos causan enfermedades en los seres humanos. Algunos han persistido en la población humana durante un tiempo muy largo. Felizmente, muchos nuevos virus se extinguen por sí solos. También los virus tienden a debilitarse con el paso del tiempo. En la medida en que se multipliquen, recogen mutaciones; y a veces, estas mutaciones los debilitan hasta el punto de que ya no se transmiten. Sin embargo, este no es siempre el caso; y algunos virus, como el VIH o el virus del resfriado humano (que es todavía otro coronavirus) puede seguir propagándose a pesar de recoger mutaciones. Depende de muchos factores diferentes, y no hay dos virus iguales.

Los virus emergentes son una verdadera amenaza

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La raza humana ha sido atacada con epidemias devastadoras a través de su historia. Algunas, como la plaga negra, son bien caracterizadas (causada por una bacteria propagada por pulgas). Otras nos dejan con muchas incógnitas. Lo único que sabemos es que múltiples reinos antiguos, civilizaciones, y ciudades sufrían episodios masivos de enfermedad y muerte. A veces los registros nos permiten hacer una conjetura inteligente sobre la causa de la enfermedad, pero este caso no es común.

La creación original no tenía ninguna enfermedad (ver nuestro folleto Muerte y Sufrimiento P & R), pero las enfermedades han surgido a lo largo de los últimos seis mil años. Si ellas surgieran una vez, no hay razón para pensar que otro contagio no surgirá en el futuro. No debe ser causa de temor, sino permitirnos a asesorar con sobriedad la fragilidad de nuestra vida en esta tierra.

Hemos creado toda clase de redes de seguridad para prevenir la propagación de infecciones, y el mundo está empezando a reaccionar más rápidamente frente a las amenazas emergentes. Las cuarentenas, el lavado de manos, y las vacunas forman parte de esta estrategia, según la severidad, los riesgos, y si hemos encontrado la manera de conseguir una vacuna. Consideremos el brote más reciente de ébola en África. Gastamos muchos millones de dólares ayudando a esa gente durante ese tiempo terrible, y de nuevo fue evitado un brote mundial. Otro ejemplo es el actual contagio de coronavirus que está extendiéndose por toda China. Afortunadamente, la tasa de muertes, antes alrededor del 20 %, ha disminuido casi a la mitad, probablemente porque los médicos están mejorando su formas de tratar la enfermedad. Pero aun una tasa de 1 o 2% equivaldría a muchos millones de personas, si se saliera fuera de control y llegara a ser tan común como el resfriado. Pero la comunidad científica respondió con mucha rapidez. En poco tiempo, múltiples secuencias genéticas del virus se completaron y fueron puestas en bases de datos para el público; también microscopios electrónicos produjeron ilustraciones de lo que enfrentamos. Esta rapidez fue sin precedentes.

El futuro del coronavirus

Si el brote de este virus sigue el curso de los anteriores, el coronavirus podría llegar a extinguirse. Aparentemente, esto ocurrió con el virus humano de la influenza H1N1 que invadió el mundo en 1917 y mató a millones de personas. Permaneció 40 años antes de desaparecer. Lo volvieron a introducir en una muestra almacenada de laboratorio en 1976, y duró otros 33 años antes de volver a desaparecer durante la pandemia porcina H1N1 de 2009-2010, que no fue un virus muy letal. Las posteriores versiones no tenían la misma potencia que las anteriores; y el hecho de que el H1N1 humano no podía persistir en la población humana fue una clara evidencia de que estaba pasando por una entropía genética. De hecho, el virus estaba recogiendo más de 14 mutaciones por año durante su tiempo activo, y más de un 10% de su genoma se había mutado antes de extinguirse.7 Esta cifra concordaba con las anteriores simulaciones de computador que fueron publicadas.8

Pero el coronavirus no es la influenza. Tampoco estamos seguros de dónde o cómo surgió este virus, aunque aparentemente provenía de murciélagos, de forma indirecta por etapas. De todos modos, hay que tratarlo con mucho cuidado, y nuestros sistemas de salud deben tratarlo como una amenaza inmediata y seria. No podemos esperar durante décadas la acción de la entropía genética.

¿Cómo debemos responder?

Dado el modelo de creación/maldición, no tenemos motivo de pensar que nuevas enfermedades no vayan a surgir. Sin embargo, cuando una aparezca, debemos evaluar el reisgo con seriedad y tomar las debidas precauciones. También debemos siempre estar dispuestos a ayudar a los necesitados, sabiendo que nosotros mismos podríamos encontrarnos en la misma situación. Hacer donaciones de caridad, preferiblemente a través de un agencia de ayuda cristiana, es siempre una opción. Pero a la vez, debemos no perder la oportunidad de compartir el evangelio cuando podamos; y muchas veces, cuando una persona entiende qué tan frágil es la vida, está mucho más dispuesta a aceptar la esperanza ofrecida por Jesucristo.

Conclusiones

Los virus son parte del orden creado por Dios. Podemos ver que muchos de ellos sirven de beneficio. Sin embargo, vivimos en un mundo bajo la maldición del pecado, con mucho sufrimiento, muerte, y enfermedad. Algunos virus han llegado a ser peligrosos, causando la humanidad un incalculable sufrimiento a lo largo de nuestra historia. Ésto nos han forzado a desarrollar estrategias innovadoras que buscan controlarlos. Dios no nos ha prometido una vida larga ni tampoco buena salud. Pero sí, nos ha prometido redimir este mundo bajo maldición del pecado y las enfermedades que atacan al cuerpo. Entonces nuestra esperanza no es aquí en esta tierra. Acudamos a Él como nuestra esperanza, porque nuestra redención se acerca.

Referencias y notas

  1. Este es un buen resumen del virome, pero de una fuente evolucionista, de modo que se debe usar con la debida precaución: sciencedirect.com/topics/immunology-and-microbiology/human-virome. Regresar al texto.
  2. Este es un artículo de perspectiva bíblica sobre la creación/caída del hombre, y sobre la importante función del virome mamífero… Francis, J.W., Ingle, M., and Wood, T.C., Bacteriophages as beneficial regulators of the mammalian Microbiome (Bacteriofages como reguladores beneficiosos del Microbioma de mamíferos), Proceedings of the International Conference on Creationism 8:152–157, 2018; creationicc.org.. Regresar al texto.
  3. Barber, M.R. et al., Association of RIG-I with innate immunity of ducks to influenza, (La relación de RIG-I con la inmunidad innata de patos a la influenza), PNAS 107(13):5913–5918, 2010. Regresar al texto.
  4. Terborg, P., The ‘VIGE-first hypothesis’—how easy it is to swap cause and effect (La hipótesis VIGE-primero: La facilidad de intercambiar causa y efecto), Journal of Creation 27(3):105–112, 2013. (VIGE = Variation-Inducing Genetic Element) (VIGE = elemento genético que induce variación) Regresar al texto.
  5. Ma, W., Kahn, R.E., and Richt, J.A., The pig as a mixing vessel for influenza viruses: human and veterinary implications (El cerdo como recipiente de mezcla de los virus de influenza: implicaciones humanas y veterinarias), J. Mol. Genet. Med. 3(1):158–166, 2008. Regresar al texto.
  6. Un coronavirus (semejante al nuevo coronavirus) que causa el síndrome respiratorio del Medio Oriente. Regresar al texto.
  7. Carter, R.W., and Sanford, J.C., A new look at an old virus: mutation accumulation in the human H1N1 influenza virus since 1918 (Una nueva mirada a un antiguo virus: la acumulación de mutaciones en el virus de la influenza humana H1N1 desde 1918), Theoretical Biology and Medical Modelling (Biología teórica y el modelado médico) 9:42, 2012. Regresar al texto.
  8. Brewer, W., Smith, F.D., and Sanford, J.C., Information loss: potential for accelerating natural genetic attenuation of RNA viruses (La pérdida de información: el potencial para acelerar la atenuación genética natural en los virus de ARN); in: Marks II, R.J., Behe, M.J., Dembski, W.A., Gordon, B., and Sanford, J.C. (Eds.), Biological Information—New Perspectives (Información biológica—Nuevas perspectivas), World Scientific, Singapore, pp. 369–384, 2013. Regresar al texto.