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¿Por qué Dios nos Dio un Libro?

por 
traducido por Crystal Carrillo

iStockphotoBible

La Biblia es el libro más influyente y ampliamente leído en el mundo. Ha dado forma a la literatura mundial, especialmente en inglés. Fue el libro mejor conservado del mundo antiguo y es el libro más impreso y más traducido en la actualidad.

Por supuesto, los cristianos creen que los 66 libros que componen las Escrituras están inspirados únicamente por Dios y, por lo tanto, son una colección infalible y autorizada.

Pero de todos los medios a través de los cuales Dios podría habernos dado Su revelación, ¿por qué eligió un medio escrito? ¿Por qué no inspiró una tradición oral que se transmitiera de generación en generación? ¿O algún tipo de medio visual que no sea texto?

De hecho, por varias razones, una colección de documentos escritos era la forma ideal para que Dios se revelara.

Revelación preservada

Dios está asociado más con la palabra hablada en las Escrituras que con la palabra escrita. Entonces, ¿por qué inspirar documentos escritos? Una muy buena razón es que los documentos escritos son menos susceptibles a la “mutación” con el tiempo.

Los estudios muestran que la tradición oral, especialmente en sociedades con bajo nivel de alfabetización, en realidad es bastante precisa, pero como podemos ver con las historias del Diluvio en todo el mundo, la historia que se transmite estrictamente de forma oral tiene una tendencia a cambiar mucho más rápido que los documentos escritos.

Debido a que las Escrituras se copiaron, podemos mirar manuscritos muy antiguos para obtener una visión precisa de lo que la Biblia realmente dice. Cada copista cometía errores en sus copias, pero como había tantas copias, es posible compararlas y ver quién se equivocó y quién acertó.

Esto no sería posible con una tradición oral donde las versiones anteriores morirían con las personas que las transmitieron.

Revelación propagada

Cuando un mensaje es estrictamente oral, su transmisión se restringe al movimiento de las personas que llevan el mensaje y se limita a las personas que se encuentran al alcance del oído de la persona que habla. Por el contrario, un documento escrito se puede copiar 100 veces y dar la vuelta al mundo.

Los mensajeros pueden comunicar fielmente el mensaje, porque lo tienen escrito. Para que el Evangelio se difundiera rápidamente, los documentos escritos eran prácticamente indispensables; así como era necesario que Pablo viajara en sus viajes misioneros para plantar iglesias en Asia, también era necesario que les escribiera para enseñarles desde lugares lejanos.

Además, la revelación escrita permitió citar con autoridad para que otros pudieran verificar su autenticidad. Los autores del Nuevo Testamento citan con frecuencia del Antiguo Testamento. A su vez, hay más de un millón de citas del Nuevo Testamento por parte de los Padres de la Iglesia.

Esto permitiría la reconstrucción de casi todo el NT solo a partir de las citas.

Revelación traducida

Otra razón por la que es apropiado que Dios haya revelado Su Palabra en forma escrita es que puede traducirse a cualquier idioma. Esto comenzó a suceder muy temprano en la historia cristiana. Por ejemplo, mientras que hay más de 5.800 manuscritos del Nuevo Testamento en el griego original, hay alrededor de 10.000 manuscritos traducidos al latín y entre 5.000 y 10.000 traducidos a otros idiomas como el copto y el arameo.

Estas otras traducciones surgieron a medida que más y más grupos de personas se convertían al cristianismo. Esto se debe a que los cristianos creen que Cristo salvará a las personas “de todas las tribus, pueblos y lenguas” (Apocalipsis 7:9).

¡Revelación perfecta!

La Biblia afirma ser la Palabra de Dios, y aquellos que le creen pueden estar contentos de que Dios la inspiró de tal manera que podemos leer la misma verdad que las personas escribieron hace miles de años, incluso cuando la leemos en un idioma diferente. Ningún otro medio es tan fácil de transmitir, preservar y poner a disposición de amplios grupos de personas.

Así que tenía sentido, cuando Dios quiso dar un mensaje para ser preservado para todo Su pueblo, para todos los tiempos, que Él dio un libro.

Revelación proposicional

Las palabras comunican un significado concreto, es decir, proposiciones o declaraciones fácticas sobre las cosas. Una pintura puede significar varias cosas para diferentes personas (especialmente si es una pintura abstracta), pero hay pocas formas de interpretar “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”.

En las Escrituras, la revelación y acción de Dios en el mundo se caracteriza por palabras. Dios creó el universo hablando (Génesis 1). El pacto de Dios con Israel fue mediado con palabras (Éxodo 20).

Jesús es llamado “La Palabra” (Juan 1). Una y otra vez se equipará la Palabra de Dios con Dios mismo: amar la Palabra de Dios es amar a Dios, despreciar la Palabra de Dios es despreciar a Dios.