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Adán y la costilla ‘perdida’

por Carl Wieland

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Un impacto frontal contra un tanque de combustible completamente lleno, a velocidades de autopista,1 es una experiencia que a nadie le deseo. La sorpresa fue haber sobrevivido a ello –claramente Dios tenía otros planes para mí.2

Durante los 5 meses y medio en el hospital, y durante años después, tuve una serie de operaciones para reconstruir varias partes de mi cuerpo, especialmente los huesos de mi cara.3

Estas operaciones a menudo requirieron usar mis propios huesos para hacer injertos. Yo notaba que el cirujano plástico siempre volvía al lado derecho de mis costillas, a través de la misma cicatriz horizontal, de hecho, para tomar más hueso para estos procedimientos. Un día, le pregunté por qué nunca se le agotaba el hueso. Me miró vagamente y me explicó que él y su equipo extraían la costilla entera cada vez. ‘Dejamos el periostio intacto, así que normalmente la costilla crece de nuevo’.

A pesar del hecho de haber sido entrenado y de haber practicado como médico general, estaba intrigado; nunca antes me había dado cuenta de eso. El periostio (el significado literal de esta palabra es ‘alrededor del hueso’) es una membrana que cubre cada hueso–es la razón por la que se te queda ‘algo’ entre los dientes cuando muerdes un muslo de pollo, por ejemplo. El periostio contiene células que pueden crear un hueso nuevo. Sobretodo en los jóvenes, ‘el periostio de la costilla tiene la admirable capacidad de regenerar hueso, quizás más que cualquier otro hueso’.4

Los cirujanos torácicos (del pecho) extraen costillas de forma rutinaria, y a menudo éstas vuelven a crecer, por completo o en parte. Mucho depende del cuidado con que la costilla es extraída; necesita ser ‘pelada’ de su periostio para dejar la membrana lo más intacta posible. Una razón importante por la que la costilla es ideal para la regeneración es que los músculos intercostales ligados a ella le proveen una buena cantidad de sangre.

Cuando el cirujano me dijo esto, mi pensamiento inmediato fue–‘¡qué bien, Adán no tuvo que andar por ahí con un defecto!’ En Génesis 2:21, refiriéndose a la creación de Eva, leemos:

‘Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.’

Sorprendentemente, muchos cristianos han crecido creyendo que el hombre tiene una costilla menos que la mujer. Tienen el mismo número, por supuesto. Algunos anti-creacionistas han usado el hecho de que a los hombres no les falta ninguna costilla para burlarse de un Génesis literal.

Durante años antes de mi accidente, cuando alguien me preguntaba sobre esto yo le respondía algo así: ‘Si su padre perdió su dedo en una sierra circular, ¿esperaría usted que todos sus hijos tuvieran un dedo menos? ¿O todos sus hijos, pero no sus hijas? Claro que no. Las instrucciones del ADN que son pasadas de un padre a un hijo van en forma de código, como un escrito–remover una costilla (o un dedo) no cambiaría las instrucciones en el código, así que toda su descendencia tendrá todas sus costillas (o dedos).’

Mientras todo eso es verdad y pertinente, esta información sobre la regeneración de las costillas añade una nueva y fascinante dimensión. Dios diseñó la costilla junto con el periostio . Él sabía con seguridad cómo extraer una costilla de manera que creciera de nuevo, justo como las costillas lo hacen hoy–sin requerir ningún tipo de milagro especial.5

Adán nunca tuvo ninguna parte de su caja torácica permanentemente debilitada, sino que tuvo, por los cientos de años de su vida, el mismo número de costillas que nosotros tenemos hoy en día.

Notas

  1. Combinada la velocidad de la colisión, en 1986, fue de, aproximadamente, 180 kilómetros (112 millas) por hora. Regresar al texto.
  2. Al igual que mi hija Lisa, por entonces con 11 años, quien milagrosamente escapó ilesa. Regresar al texto.
  3. Como resultado directo del accidente, tuve un total de 55 sesiones de cirugía bajo anestesia general (la mayoría no involucraba extracción de costilla). Regresar al texto.
  4. Cirujano plástico Dr David Pennington, comunicación personal, 7 de mayo de 1999. Regresar al texto.
  5. Por supuesto, el milagro especial fue la creación de Eva a partir del hueso y la carne. ¿Por qué de esta manera–por qué no directamente de elementos simples, o ‘polvo’, como Adán? Todos hemos pecado ‘en Adán’–y todos podemos ser redimidos por el sacrificio de Jesucristo, el ‘postrer Adán’ (1 Corintios 15:45). Así que era importante que todos nosotros, incluyendo a Eva, fuéramos descendientes de Adán. Regresar al texto.