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El caballo-pipa pigmeo

por
traducido por Antorcha Ministerios Educativos (lemperu.com)

publicado Creación tomo #1 páginas 12–13
Jayne JenkinsPygmy Pipehorse

Dado su camuflaje extraordinario y tamaño diminuto (máximo 5cm=2 pulgadas), es de maravillarse que esta criatura alguna vez fuera descubierta.

Un atento fotógrafo acuático lo divisó frente a la costa oriental de Australia en 1997. El Caballo-pipa Pigmeo de Sydney, Idiotropiscis lumnitzeri, vive en los arrecifes rocosos cubiertos con alga roja en las aguas marinas costeras de 6–30 metros (20–100 pies) de profundidad.1,2

Su piel tiene una función muy útil asistiendo el camuflaje—atrae el crecimiento de alga. La mezcla de colores resultante varía mucho con especímenes oscilando entre blanco, rojo, verde y pardo. La cantidad y el color de las protuberancias de alga en un Caballo-pipa Pigmeo de Sydney individual tienden a coincidir con la cubierta de algas en el arrecife donde vive. Consecuentemente, los buzos informan que la asombrosa “coloración críptica” de estas criaturas permite que combinen tan bien con su hábitat que son casi imposibles de ubicar de día.2 De noche, el brillo de los faros de los buzos descubre a los Caballo-pipa Pigmeo sentados en la parte alta del alga del arrecife. Comen pequeños crustáceos que están es busca de alga para comer.

Se clasifica a los Caballo-pipa Pigmeo de Sydney con los otros Caballos-pipa en la familia Syngnathidae (griego: ‘mandíbulas unidas’, una referencia a su boca que está al final de un hocico largo y delgado), junto con los hipocampos y dragones de mar. Como la mayoría de los miembros de la Syngnathida, los Caballo-pipa Pigmeos tienen una postura horizontal—los hipocampos son la excepción tomando una postura erguida. En realidad, los Caballo-pipa Pigmeos son “morfológicamente muy similares a los hipocampos”,3 es decir, en cuanto a su forma—la diferencia postural está asociada con la cabeza del Caballo-pipa al estar en un ángulo entre sí y el cuerpo un poco más pequeño que el de un hipocampo. Por lo tanto, los evolucionistas han sugerido que los Caballo-pipa Pigmeos son un ‘eslabón evolucionario sobreviviente’ entre los hipocampos que nadan verticalmente y los otros miembros de la familia Syngnathida.3

Pero, no hay evidencia fósil de evolución desde la escoria de charco hasta los Caballos-pipa/ Syngnathida en absoluto. Los evolucionistas admiten que los fósiles de los hipocampos son ‘morfológicamente similares’ a los Syngnathidas de hoy, “en vez de ser formas transicionales primitivas”.3

Y ¿cómo pudieron los procesos evolucionistas debatibles haber dado lugar a la hermosa y eficiente vejiga natatoria interna de aire de las Syngnathidas, usada para desplazarse verticalmente? (Con muy poco esfuerzo, suben o bajan a través del cambio en el volumen de aire dentro de la vejiga.) O, ¿qué de la especializada inversión de roles reproductivos, que especialmente sorprende a los científicos evolucionistas?4 (El Caballo-pipa Pigmeo de Sydney hembra deposita a eso de 60 óvulos en la bolsa de cuerpo del macho por debajo de su cola y luego él lleva a cabo la incubación.2) El diseño inherente en la vejiga de aire de la Syngnathida y el modo especializado de reproducción indica que la evolución del Caballo-pipa es un sueño imposible. Los que persisten en aseverar la evolución del Caballo-pipa sólo lo pueden hacer por ignorar tales evidencias convincentes de diseño—son, realmente “inexcusables” (Romanos 1:20).

Tiene mucho más sentido ver a los Caballos-pipa, los hipocampos y los dragones de mar como un solo tipo creado, con una variedad genética incorporada, permitiendo que colonicen y se integren con una gama de hábitats. Los caballitos de mar con su postura vertical están bien adiestrados para su hábitat de praderas marinas verticales, mientras otros syngnathids como el caballo-pipa Pigmeo de Sydney, con su postura horizontal y piel que atrae el crecimiento de alga, son justamente aptos para vivir discretamente entre las algas en los arrecifes rocosos. Sin embargo, como la foto de abajo muestra, no están tan escondidos como para no poder verlos adecuadamente. Es semejante a ver toda la evidencia por todas partes para la creación bíblica, a pesar de los intentos de los evolucionistas de encubrir todo con una niebla darwinista. Tienes que saber a dónde mirar y tener ojos para ver.

Referencias

  1. McGrouther, M., Sydney’s Pygmy Pipehorse, Idiotropiscis lumnitzeri Kuiter, 2004, australianmuseum.net.au, 4 Febrero 2010. Regresar al texto.
  2. Lumnitzer, A., The Sydney Pygmy Pipehorse, underwater.com.au/article/id/1798/, acc. 5 Mayo 2011. Regresar al texto.
  3. Teske, P. and Beheregaray, L., Evolution of seahorses’ upright posture was linked to Oligocene expansion of seagrass habitats, Biology Letters 5(4):521–523, 2009. Regresar al texto.
  4. Weston, P., Enter the sea dragon, Creation 22(1):54–55, 1999; creation.com/sea-dragon. Regresar al texto.

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