¿Dios… en Matematicas?

por Katherine Loop
traducido por Crystal Carrillo

Cuando su hijo termina las matemáticas del día, ¿qué pensamientos pasan por su cabeza? Muchos estudiantes terminan suspirando de alivio y pensando: “¡Vaya! Al menos no tengo que volver a hacer esto hasta mañana. Probablemente algunos aún se queden pensando en el nuevo concepto aprendido ese día. Pero, ¿no sería genial si un estudiante pudiera terminar los problemas de matemáticas pensando en la grandeza y fidelidad de Dios y alabándolo?

Estás sonriendo, pero lo digo en serio. Aunque la mayoría de los estudiantes dejan las matemáticas con la mente dando vueltas con números y fórmulas, las matemáticas son mucho más que números interminables. Lo creas o no, las matemáticas son un increíble testimonio de Dios.

¿Alguna vez te has detenido a considerar de dónde vienen las matemáticas o por qué funcionan? Aunque la mayoría de los libros de texto nunca explican realmente el origen o el propósito de las matemáticas, la Biblia nos da las respuestas que necesitamos. Mira a estos dos versos:

“Porque en él fueron creadas todas las cosas…” (Colosenses 1:16)
“…sustentando todas las cosas con la palabra de su poder…” (Hebreos 1:3)

La Biblia lo deja claro: Dios creó y mantiene todas las cosas juntas. Note que la Biblia no dice todas las cosas excepto las matemáticas. Todo incluye todo, ¡incluso las matemáticas!

¿Qué significa que Dios creó las matemáticas? Obviamente, no significa que Dios creó los símbolos en la hoja de papel (símbolos como 1, 2, etc.) que normalmente consideramos matemáticas. El hombre desarrolló esos símbolos. Pero esos símbolos representan un principio de la vida real, un principio que Dios creó y sostiene. Al igual que las palabras representan ideas, los símbolos matemáticos representan principios de la vida real.

Por ejemplo, podemos ver fácilmente el principio de la vida real de la suma a nuestro alrededor. Si tomamos un objeto y le agregamos otro objeto, siempre nos quedarán dos objetos. Si tenemos una galleta y un pedazo de pastel, habremos terminado comiendo dos postres, queramos o no admitirlo. Hay un principio de suma en la vida real del que no podemos escapar. Cuando escribimos “1 + 1 = 2”, estamos registrando un principio que Dios creó cuando creó el universo. Dios es quien determinó cómo interactuarían los objetos. Eligió hacer que uno más uno sea igual a dos. Los símbolos que aprendemos en la clase de matemáticas son solo formas en que el hombre ha acordado escribir las relaciones consistentes que Dios estableció a nuestro alrededor.

Dios no solo creó las matemáticas, también las mantiene unidas. Piense por un momento en la asombrosa forma en que funcionan las matemáticas. No importa lo que intentemos agregar, los objetos siempre se agregan de la misma manera. Si no lo hicieran, no nos molestaríamos en estudiar matemáticas, ¿verdad? ¿Cuál sería el punto de memorizar operaciones de suma si a veces uno más uno es igual a tres?

Sin embargo, las matemáticas solo funcionan porque este universo opera de manera regular y precisa. Uno de cualquier cosa más uno de cualquier otra cosa siempre es igual a dos. No hay excepciones. La Biblia nos dice que Dios es quien, día tras día, mantiene unido este universo. Las matemáticas solo continúan operando consistentemente porque Dios nunca cambia. Los objetos siempre interactúan de la misma manera porque Dios aún los mantiene unidos de la misma manera que lo ha hecho desde el principio de los tiempos.

Debajo de todos los números y símbolos, las matemáticas tienen un mensaje poderoso. Cada vez que las matemáticas funcionan, nos recuerdan que Dios todavía mantiene fielmente todas las cosas juntas de manera consistente. Es como si te estuviera gritando: “¡Dios es fiel! Puedes confiar en él.”

Mientras le enseña matemáticas a su hijo esta semana, recuerde que las matemáticas no son solo un montón de hechos sin sentido. La misma capacidad de trabajo de las matemáticas es un testimonio de la fidelidad de Dios.

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