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La máquina definitiva

David-Kaufmann

Carl Wieland entrevista al anatomista humano Dr. David Kaufmann

traducido por Crystal Carrillo

David Kaufmann obtuvo su Ph.D. en anatomía (después de una maestría en educación física) de la Universidad de Iowa. Es autor y coautor de varios libros de texto y manuales de anatomía y ciencias del deporte/ejercicio. También ha publicado literalmente docenas de artículos de investigación en revistas revisadas por pares.

Antes de jubilarse en 1999, fue profesor de Ciencias del Ejercicio en la Universidad de Florida en Gainesville, donde también enseñó anatomía humana, kinesiología, fisiología del ejercicio y biomecánica.


Desde el comienzo de nuestras interacciones para este artículo, tuve muchos destellos del chispeante sentido de la diversión del Dr. David Kaufmann, no como mis recuerdos de mi propio profesor de anatomía severo. Sus correos electrónicos, por ejemplo, venían rutinariamente con bromas adjuntas que provocaban al menos una sonrisa, más a menudo una carcajada.

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El Dr. Kaufmann está asombrado por la asombrosa complejidad del diseño evidente en el cuerpo humano. Rechaza la definición ‘revisionista’ de la ciencia que enseña que la creencia en un Creador supremo no es científica.

Cuando se le preguntó si tenía alguna foto que pudiera ayudar a ilustrar el artículo, envió una con una sugerencia irónica para el título: “El Dr. Kaufmann y dos de sus mayores Fans”. (Los ‘Fans’ [fan en inglés también significa ventilador] eran literalmente eso: dispositivos para hacer circular el aire).

Pero David Kaufmann se toma muy en serio la importancia del tema creación/evolución que, dice, ‘trata de las preguntas más importantes de la vida que toda persona debe responder, como ‘¿De dónde vengo?’ La respuesta de la evolución, señala, es en última instancia que “las moléculas irreflexivas se unieron por casualidad”. La creación bíblica, dice, implica un propósito: amar y servir a Cristo y a nuestro prójimo.

‘¿Qué propósito real hay en un sistema de creencias evolutivo consistente, aparte de vivir, divertirse y morir? Después de todo, si acabamos de evolucionar de un limo primordial y, por lo tanto, la Biblia está equivocada acerca de algo tan básico como de dónde venimos, ¿qué sentido tiene esperar que las personas vivan de acuerdo con los requisitos morales de la Biblia? ¿Qué sentido tienen los Diez Mandamientos o el Sermón de la Montaña? Todos los valores morales sólo pueden ser relativos, no absolutos.’

La evolución, dice, también da una respuesta falsa a una de las preguntas más importantes de todas, a saber, qué sucede en la muerte. ‘El creyente puede esperar la vida espiritual en el cielo con Cristo’, dice, ‘mientras que la respuesta evolutiva constante es que no hay vida después de la muerte ni alma; simplemente nos convertimos en polvo.

En los 28 años en los que el Dr. Kaufmann enseñó anatomía a estudiantes de medicina, a veces le preguntaban sobre ciertas estructuras o partes del cuerpo. Al responder, casi siempre buscaría reconocer al ‘Diseñador Divino’. Sin embargo, la suya era una ‘voz en el desierto’ solitaria. La mayoría de los demás profesores creían en la evolución de moléculas a hombre o eran indiferentes al tema.

Él dice: “Cómo cualquier biólogo humano podría creer que el cuerpo humano surgió debido a que las moléculas no pensantes se organizaron durante un largo período de tiempo no observado realmente me sorprende”.

El Dr. Kaufmann está asombrado por la asombrosa complejidad del diseño evidente en el cuerpo humano. Rechaza la definición “revisionista” de la ciencia que enseña que lacreencia en un Creador supremo no es científica.

La máquina definitiva

Él llama al cuerpo humano ‘la máquina definitiva’. ‘La gente ha inventado todo tipo de máquinas eficientes, como el automóvil’, dice [El Dr. Kaufmann], ‘pero comparado con esto, el cuerpo humano es ‘ultra superior’.

‘Se adapta al estrés; prospera y sobrevive’, dice. Incluso puede curarse a sí mismo dentro de ciertos límites. Ciertas células se regeneran; las heridas y las fracturas se curan de forma natural, y el sistema inmunitario a menudo puede superar las infecciones. Y si usas esta máquina, se desarrolla; si no, se encoge y pierde sus funciones. Cada vez que usamos un automóvil, se desgasta un poco y finalmente falla. Pero el ejercicio físico hace que los humanos se desempeñen mejor en el trabajo o en los deportes. Y ni siquiera he comenzado a mencionar las asombrosas proezas del cuerpo en el procesamiento de datos, análisis, síntesis, razonamiento, invención y creación.

[Dr. Kaufmann] Lo resumió de la siguiente manera:

El cuerpo humano es una computadora basada en carbono, alimentada químicamente, refrigerada por aire y líquido a la fuerza, bípeda, comunicativa, fotocromática, binocular, celularmente autor replicante, auto diagnóstica, autor reparadora de tejidos, multidiestro, continuamente adaptable. Máquina con sistema de escape biodegradable y controlada, capaz de usar su memoria a corto y largo plazo con recuperación e integración conceptual, y toma de decisiones precisas y creativas: verdaderamente la “Máquina definitiva”.

‘Sabemos que para planificar y construir algo muy inferior, como un automóvil’, dice el Dr. Kaufmann, ‘se necesita un diseñador humano inteligente. ¡Un observador imparcial tendría grandes dificultades para negar la conclusión racional de que el Diseñador Supremo hizo la Máquina Suprema, el cuerpo humano!

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Mientras enseñaba a los estudiantes el conocimiento y la capacidad de razonar, el Dr. Kaufmann dice que también trató de usar su disciplina académica “para ayudar al menos a algunos de los estudiantes a ver respuestas reales para sus vidas personales”. La mayoría de los estudiantes sabían que él era un profesor que creía en la Biblia; a veces entraban en su oficina para discutir problemas académicos o personales. ‘En raras ocasiones’, dice, ‘citaba con diplomacia y cuidado algunos pasajes de las Escrituras en mis conferencias’.

Una de las cosas que este profesor de anatomía solía explicar a los estudiantes es que la ciencia tiene “dos definiciones distintas” en la cultura occidental. ‘Primero’, dice, ‘la definición objetiva y válida de ciencia: un método de investigación para descubrir la verdad, observando hechos, registrándolos, probando experimentalmente mediante observaciones repetidas, y luego tratando de desarrollar una teoría viable para explicarlos. Y tratando de falsificar esa teoría. La segunda es una definición subjetiva que define la ciencia no solo como una búsqueda de la verdad, de la mejor explicación que se ajuste a los hechos, sino que obliga a todas las explicaciones a ajustarse a la filosofía del materialismo científico. Esta filosofía insiste en que la naturaleza es todo lo que existe, o al menos el único factor sobre el cual podemos aprender o saber algo.

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‘Al preguntar sobre los orígenes, esta filosofía sólo permite explicaciones que se circunscriben a las leyes de la física, la química, el tiempo y el azar. Esto significa que insiste en que la naturaleza debe haberse hecho a sí misma, ¡por definición! Por lo tanto, no hay necesidad —de hecho, se considera “no científico”— de creer en ninguna forma de Ser Supremo Creativo.’

El Dr. Kaufmann indicó que lo que él llama la ‘hermandad científica’ en su propio país, EE. UU., ‘trata de formar a todos los científicos en este enfoque, esta filosofía materialista dominante. Pero esta es una definición estrecha y totalmente subjetiva de la ciencia, basada en la fe personal, que va mucho más allá de la evidencia.

De hecho, dice, ‘Uno tiene que tener una fe particularmente ciega para creer que las moléculas sin ayuda han creado personas. Pero si descartas cualquier posibilidad de un Dios Creador, alguna forma de idea evolutiva se convierte en la única explicación posible, a pesar de la escasez de evidencia para ello.’

Fue alentador escuchar la postura de este científico a favor de la verdad de la creación bíblica. Y saber que hoy en día hay un número cada vez mayor de académicos que se unirían a él para negarse a aceptar la proposición irracional de que la naturaleza, incluida la ‘máquina definitiva’, se hizo a sí misma.