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Belsasar: El Segundo Hombre más Poderosos de Babilonia

Como la arqueología reivindicó las curiosas afirmaciones de la Biblia sobre el rey Belsasar

por Keaton Halley
traducido por Crystal Carrillo

Belshazzar

Con la asistencia de mil de sus nobles a la fiesta, Belsasar, rey de Babilonia, desempolvó las copas de oro que su predecesor Nabucodonosor había saqueado del templo de Dios en Jerusalén. Belsasar y los invitados a su fiesta bebieron vino de los vasos santificados “y alabaron a los dioses de oro y plata, bronce, hierro, madera y piedra” (Daniel 5:4). Fue entonces cuando todo el cielo se desató:

Inmediatamente aparecieron los dedos de una mano humana y escribieron en el yeso de la pared del palacio del rey, frente al candelabro. Y el rey vio la mano mientras escribía. Entonces el color del rey cambió, y sus pensamientos lo alarmaron; sus miembros cedieron y sus rodillas chocaron. El rey llamó a gran voz para que trajeran a los encantadores, a los caldeos y a los astrólogos. El rey declaró a los sabios de Babilonia:

“El que lea esta escritura y me muestre su interpretación, se vestirá de púrpura y tendrá un collar de oro alrededor de su cuello, y será el tercer gobernante en el reino”. (Daniel 5:5–7)

Dudas sobre belsasar

¿Es esta historia solo una leyenda, o la Biblia conserva una historia precisa? Hace años, algunos escépticos negaron que alguna vez hubo un rey de Babilonia llamado Belsasar, afirmando que su nombre y su historia fueron inventados por alguien que no estaba familiarizado con la verdadera historia babilónica.1

Daniel en la guarida de los críticos2

Debido a las notables profecías cumplidas en Daniel, los críticos han tratado durante mucho tiempo de poner en duda su fiabilidad histórica.3 Aunque Daniel vivió en el siglo VI a.C. los críticos quieren fechar la escritura del libro en la época de los Macabeos, cuatro siglos después. Esto les permite decir que las profecías de Daniel en realidad fueron escritas después de los eventos que ‘predijeron’. Entonces, no es de extrañar que los críticos hayan asumido comúnmente que Daniel contiene errores históricos significativos, incluidas sus afirmaciones sobre Belsasar.

Fin de un imperio

El hecho de que Daniel sea históricamente exacto muestra que su relato fue escrito cerca del tiempo de las circunstancias que registra.

La Biblia presenta el famoso episodio de ‘escribir en la pared’ como ocurrido el mismo día en que la ciudad de Babilonia, capital de Babilonia, cayó ante el imperio medo-persa bajo el rey Ciro el Grande. De hecho, Daniel le dio al rey Belsasar esta interpretación de la escritura: “Dios ha contado los días de tu reino y lo ha puesto fin” (v. 26), y “tu reino ha sido dividido y dado a los medos y persas” (v. 28). La Biblia afirma que Belsasar fue asesinado “aquella misma noche” (v. 30), y con su muerte el reino de Babilonia pasó a ser controlado por Medo-Persia.4

Sin embargo, todos los demás registros históricos conocidos alguna vez estuvieron en desacuerdo. Historiadores antiguos como Heródoto, Megastenes, Beroso y Alejandro Polihistor, sin mencionar una gran cantidad de documentos cuneiformes, coincidieron en afirmar que el último rey del imperio neobabilónico fue Nabónido.5 Belsasar ni siquiera fue mencionado en ninguna parte excepto en el libro de Daniel y la literatura derivada de él.6

[¿Hay evidencia fuera de la Biblia de que el rey Belsasar existía? ¿Cómo nos demuestra esta evidencia que Daniel escribió su libro mucho antes de que los eventos profetizados ocurrieran? Ve la próxima edición para ver las respuestas a estas preguntas.]

© Marie-Lan Nguyen / Wikimedia CommonsCylinder-Nabonidus
Cilindro de Nabónido de Ur

Tesoros enterrados

Pero justo cuando parecía que toda la evidencia estaba en contra de las Escrituras, una serie de descubrimientos arqueológicos demostraron que Belsasar sí existió después de todo, y los detalles que se dan sobre él en la Biblia son profundamente correctos.

Primero, en 1854, se excavaron en Ur cuatro cilindros de arcilla con inscripciones idénticas.7 Estos cilindros de Nabonidus contenían la oración de Nabonidus al dios de la luna por “Belsasar, el hijo mayor, mi descendencia.”8 Así, se confirmó la existencia de Belsasar, como hijo primogénito de Nabónido y heredero de su trono.

Luego, en 1882, se publicó una traducción de otro texto cuneiforme antiguo, la Crónica de Nabónido. Según este documento, Nabonidus era un rey mayormente ausente, pasando 10 años de su reinado de 17 años viviendo en Tema, Arabia (725 km / 450 millas de distancia de Babilonia). El rey dejó a Belsasar, a quien el texto llama “el príncipe heredero”, para que se hiciera cargo de los asuntos de Babilonia durante ese tiempo.9 Además, la Crónica explica que Nabónido estaba lejos de Babilonia cuando cayó. Dos días antes había huido de los persas cuando lo derrotaron en Sippar, por lo que Belsasar era la máxima autoridad en Babilonia en el momento de su captura.

ChrisO / Wikimedia CommonsNabonidus-Chronicle
Tablilla de la Crónica de Nabonidus

A continuación, el relato en verso persa de Nabonidus, publicado en 1924, afirma que, como “él partió para un largo viaje”, Nabonidus “confió la realeza” a “su (hijo) mayor, el primogénito.”10 Así que Belsasar claramente funcionó en el papel de rey durante años mientras su padre estaba fuera.

Además, se encontraron una variedad de otros textos cuneiformes antiguos a principios del siglo XX que también mencionaban a Belsasar, incluida una tablilla de Erec en la que tanto él como su padre Nabónido fueron invocados conjuntamente en un juramento, lo que sugiere que ambos tenían autoridad real.11

Sosteniendo el título

Naturalmente, los críticos tratan de restar importancia a estos descubrimientos, señalando que Belsasar nunca se identifica oficialmente como rey en ningún documento babilónico. Sin embargo, incluso si técnicamente nunca fue rey según los estándares babilónicos, tiene mucho sentido que Daniel se refiera a él como tal. No era raro que los antiguos describieran a un gobernante menos que supremo como rey, como en el caso de Herodes Antipas, quien era solo un tetrarca (Mateo 14:1,9 ).12 Además, independientemente de su título oficial, Belsasar era a todos los efectos prácticos rey de Babilonia en ausencia de su padre.

Sorprendentemente, esto también arroja luz sobre un pequeño detalle en el texto: por qué el rey Belsasar solo ofreció la tercera posición más alta en el reino. Dado que Nabónido permaneció vivo incluso después de la caída de Babilonia, esto significa que Belsasar era más como un corregente, gobernando al mismo tiempo y bajo la autoridad de su padre. Entonces Nabonidus estaba en la posición ‘número uno’, mientras que Belsasar en realidad estaba en segundo lugar. Esto explica por qué Belsasar no pudo ofrecerle a Daniel el segundo lugar en el reino. ¡El tercer lugar fue la posición más alta disponible!

El libro imbatible

Ahora, si los críticos tenían razón en que Daniel no se escribió hasta cientos de años después de estos eventos, es poco probable que el autor supiera sobre Belsasar o el hecho de que él era el segundo al mando. Pero el hecho de que Daniel sea históricamente preciso, incluso hasta lo que alguna vez pareció ser un detalle insignificante, muestra que el relato de Daniel fue escrito cerca del tiempo de las circunstancias que registra. Daniel tenía razón todo el tiempo y, como lo ha demostrado la arqueología, ¡tenía una mejor comprensión de Belsasar y su papel en el imperio neobabilónico que los críticos! Esto no debería ser sorprendente. La Biblia es la Palabra de Dios, y todo lo que enseña es verdadero y no puede ser anulado, a diferencia de las teorías de los críticos, que con frecuencia se hacen añicos a la luz de nuevos descubrimientos.

Nabucodonosor, el padre de belsasar, ¿un error bíblico?

Cinco veces la narración de Daniel en el capítulo 5 se refiere a Nabucodonosor como el padre de Belsasar (vv. 2, 11, 13, 18), y una vez a Belsasar se le llama hijo de Nabucodonosor (v. 22). Pero otras fuentes aclaran que Belsasar era hijo de Nabonido (ver texto principal), y Nabonido era un usurpador del trono, no un pariente de Nabucodonosor.

Los críticos han citado esta aparente discrepancia como un error bíblico, pero son posibles varias armonizaciones. Primero, aunque no hay pruebas contundentes, algunos han propuesto que Nabónido pudo haberse casado con una de las hijas de Nabucodonosor, convirtiendo a Belsasar en su nieto. 1 En el uso bíblico, los términos ‘padre’ e ‘hijo’ pueden referirse a antepasados/descendientes en general, como cuando los judíos se refieren a Abraham como “nuestro padre” (Lucas 3:8) o cuando a Jesús se le llama “el hijo de David” (Mateo 1:1).

Sin embargo, una solución más sencilla se basa en el hecho de que la Biblia permite aún más flexibilidad en la aplicación de esos términos. ‘Padre’ e ‘hijo’ pueden usarse para personas que ocupan el mismo cargo, aunque no exista un parentesco literal. Los ejemplos incluyen a Eliseo, cuyo padre biológico fue Safat (1 Reyes 19:16), llamando a Elías “mi padre” (2 Reyes 2:12), y aquellos que tienen el oficio profético son llamados “hijos de los profetas” (2 Reyes 2 :15). 2 Así que Belsasar podría haber sido simplemente el hijo de Nabucodonosor en el sentido de que era un sucesor de su trono.

  1. Wiseman, D.J., Nebuchadrezzar and Babylon, pp. 11–12, Oxford University Press, 1985.
  2. This meaning may also be present in Genesis 4:20–21, in which individuals are described as the father of all who participate in the craft or trade which they developed.
The-historical-city-of-Babylon
Reconstrucción sobre las ruinas de la antigua ciudad de Babilonia.

Referencias y notas

  1. In particular, German commentators Caesar von Lengerke, Das Buch Daniel, p. 204, Bornträger, Königsberg, 1835 and Ferdinand Hitzig, Das Buch Daniel, p. 75, Weidmann, Leipzig, 1850. Regresar al texto.
  2. Title borrowed from the books by Josh McDowell and Sir Robert Anderson. Regresar al texto.
  3. Attacks began as early as Porphyry in the 3rd century ad. Jerome quotes Porphyry as claiming, “Daniel did not predict so much future events as he narrated past ones.” en.wikipedia.org/wiki/Porphyry_(philosopher). Regresar al texto.
  4. Cyrus’ general Gubaru (or Gobryas) led the army, and Cyrus rewarded him with the governorship of Babylon, so Gubaru may be “Darius the Mede” (Daniel 5:31). See Whitcomb, J.C., Jr., Darius the Mede, Baker, Grand Rapids, MI, 1963. Regresar al texto.
  5. Dougherty, R.P., Nabonidus and Belshazzar: A Study of the Closing Events of the Neo-Babylonian Empire, pp. 7–12, Yale University Press, 1929. Regresar al texto.
  6. E.g., Baruch 1:11–12 and Josephus’ Antiquities 10.11. Regresar al texto.
  7. Additional copies were uncovered in the 1960s. Regresar al texto.
  8. The Nabonidus Cylinder from Ur, translation by Paul-Alain Beaulieu; livius.org/na-nd/nabonidus/cylinder-ur.html. Regresar al texto.
  9. Pritchard, J.B. (ed.), Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament with Supplement, p. 306, Princeton University Press, 1969. Regresar al texto.
  10. Ref. 9, p. 313. Regresar al texto.
  11. McDowell, J., Daniel in the Critics’ Den, p. 64, Campus Crusade for Christ, San Bernardino, CA, 1979. Regresar al texto.
  12. See also Millard, A.R., Daniel in Babylon: An Accurate Record? in Hoffmeier, J.K. and Magary, D.R. (eds.), Do Historical Matters Matter to Faith? pp. 270–271, Crossway, Wheaton, IL, 2012. Regresar al texto.

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