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De rana a… ¡rana!

por Adrian Bates
traducido por Crystal Carrillo

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No importa lo de una rana a un príncipe, ¿acaso una rana no muestra la evolución dentro de su propio ciclo de vida? Desde un renacuajo parecido a un pez (con branquias completas), el ‘bebé rana’ rápidamente se ‘transforma’ y adopta un nuevo estilo de vida. La boca se ensancha, la cola se disuelve, se desarrolla la lengua elástica que atrapa moscas, se forman las fosas nasales y los ojos saltones migran alrededor de la cabeza. Por último, cuando los pulmones maduran y las cuatro patas han crecido, el renacuajo que se gradúa celebra saltando fuera del agua y viviendo en tierra.

Esta asombrosa transformación (metamorfosis) es mucho más que superficial. Prácticamente todos los órganos y sistemas del cuerpo se modifican radicalmente.1,2 Por ejemplo, el sistema nervioso tiene que ser completamente reconfigurado para operar los modelos nuevos o reprogramados de ojos, oídos, patas, lengua, etc. La misma renovación se aplica a la bioquímica de la rana. La hemoglobina en la sangre cambia,3 al igual que el foto-pigmento en los ojos,4 además de una multitud de otras transformaciones. Incluso el sistema de eliminación de desechos se modifica para adaptarse a las nuevas condiciones de vida de la criatura.5

Los biólogos sacuden la cabeza ante la mega complejidad de este ‘renacimiento’ basado en estanques. La rana tomando el sol en el nenúfar es el resultado sorprendente de un renacuajo más una multitud de cambios, todos ocurriendo en una asombrosa cascada de secuencia y orden precisos. De hecho, la coreografía requerida hace que una ceremonia inaugural olímpica palidezca en comparación. Por ejemplo, la vida obviamente se complica para un renacuajo si su cola desaparece antes de que las piernas entren en acción. Lo mismo se aplica a todos sus órganos internos, huesos, nervios, bioquímica, etc. Cualquier cosa fuera de sintonía es probable que cause todo el gran proceso de remodelación para detenerse… ¡con (desde el punto de vista del renacuajo) resultados lamentables!

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Codificación informática altamente sofisticada

La codificación de información de ADN fantásticamente compleja que transforma un renacuajo en una rana apunta claramente a una inteligencia muy superior para su diseño. Tal codificación no puede surgir de forma natural: demuestra un resultado final diseñado deliberadamente.

Cada paso necesita otro

Años de investigación han descubierto múltiples capas sobre capas de procesos, todos movilizados para completar este ‘cambio de vida’. 1 Por ejemplo, la eliminación de la cola implica una operación de micro logística altamente programada. Primero, el renacuajo frena la producción de células musculares de la cola. A continuación, fabrica una serie de enzimas de disolución de células altamente específicas.

Luego, en el momento adecuado, estos mini ‘asesinos a sueldo’ se combinan e inyectan en todos los diferentes tipos de células de la cola. Por último, los macrófagos itinerantes se alojan en estas células de la cola terminadas para un “frenesí de alimentación” microscópico, desmantelando y recolectando las estructuras y nutrientes restantes para reutilizarlos como materiales de construcción y energía en otras partes del cuerpo. (Es decir, la cola es absorbida por el cuerpo; no se descarta.)

‘Cambiar’ no significa ‘evolucionar’

Entonces, ¿cómo se compara esa afirmación original de ‘evolución en acción’? ¿Es la metamorfosis de un renacuajo a rana un claro ejemplo de evolución?

Nada más lejos de la verdad. El renacuajo puede parecer superficialmente ‘sospechoso’ pero es totalmente rana desde el primer día. Todo lo necesario para reinventarse (toda la información genética, planes y recetas) ya está consagrado en el código maestro de ADN implantado en el núcleo de las células del renacuajo. En este nivel profundamente miniaturizado, descubrimos no solo un plano de rana completo, sino también una fábrica en pleno funcionamiento con toda la maquinaria y el equipo para convertir el plan en realidad.

Esta información incrustada es la diferencia clave entre el cuento de hadas de los evolucionistas (los peces se convirtieron en anfibios) y el mundo real (un renacuajo que se convierte en rana). El renacuajo, desde el día en que se generó, viene equipado con un conjunto completo de planes de bricolaje (‘Hágalo usted mismo’) etiquetados como ‘cómo convertirse en una rana’. En contraste, los peces solo tienen los planes genéticos para hacer… ¡peces! Un pez no tiene la información en sus genes para transformarse en un anfibio y no tiene forma de obtener dicha información. De hecho, es dudoso que haya habido siquiera un ejemplo inequívoco de nueva información añadida al plan genético de cualquier criatura por mecanismos evolutivos.

Entonces, la metamorfosis del renacuajo no ofrece evidencia de evolución; más bien, es otra evidencia clara de la obra del Dios Creador.6

Referencias y notas

  1. Shankland, M., Metamorphosis, sbs.utexas.edu, accessed October 2004; accessed 2007. Return to text.
  2. Gilbert, S.F., Metamorphosis: The Hormonal Reactivation of Development, ncbi.nlm.nig.gov, accessed January 2005. Return to text.
  3. Tadpole hemoglobin changes to adult hemoglobin which binds oxygen more slowly and releases it more rapidly. Ref. 2. Return to text.
  4. The major retinal photo pigment changes from porphyropsin to rhodopsin. Ref. 2. Return to text.
  5. Tadpoles (like most fish) excrete ammonia, whereas adult frogs change to a urea-based system that uses less water. Ref. 2. Return to text.
  6. Weston, P., Frogs—Jeremiah was not a bullfrog, Creation 22(2):28–32, 2000. Return to text.